Por Aníbal Blasco – Licenciado en Comercialización
En la provincia se lleva a cabo un proyecto de vanguardia que busca desarrollar bioproductos para reemplazar, entre otros, aquellos que derivan de combustibles fósiles. Un proceso en curso que demuestra la planificación estratégica para la generación de recursos que permitan el desarrollo productivo.
Debemos resaltar la importancia de la presencia del Estado a la hora de pensar y proyectar decisiones estratégicas para lograr que una provincia produzca real valor agregado, cuestión que en muchos casos es una epopeya. Habitualmente leemos y escuchamos que desde los Estados nacionales así como los provinciales en sus discursos y dialécticas está siempre en agenda la búsqueda de agregar valor a los productos finales que se comercializan tanto para abastecimiento interno como externo, y a su vez en algunos casos poder suplantar importaciones, lo que en fin contribuye a un PBI mayor y una balanza comercial favorable, logrando mayor empleo de calidad, desarrollo tecnológico, en síntesis, el desarrollo integral de la comunidad.
Recientemente fue publicado el avance de la Primera Planta de Biorrefinerías del NEA -BioNA-, este proyecto aplica a la perfección la búsqueda de comercializar bienes de genuino valor agregado, generando empleos de calidad y potenciando el desarrollo profesional y científico dentro de la provincia.
¿De qué se trata el Proyecto?
El pasado 24 de abril, mediante una reunión entre el Ministerio del Agro, el Consejo Federal de Inversiones (CFI), la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), se presentó ante las autoridades de los organismos los avances del plan de trabajo y los costos para el diseño de la planta piloto de biorrefinería del NEA que se construirá en la provincia de Misiones, en el campus de la UNaM en la ciudad de Posadas.
Entre sus objetivos, buscará explorar las posibilidades de sustitución de los productos refinados a base de petróleo por aquellos derivados de biomasa como los biocombustibles y biomateriales que se pueden obtener de los residuos de la actividad foresto-industrial.
Es una iniciativa que conforma el Proyecto Interinstitucional regional de Biorrefinerías del Norte Argentino (BioNA), formado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Los institutos de CONICET involucrados son el Instituto de Materiales de Misiones (IMAM, UNaM CONICET), la Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos (PROIMI, UNT-CONICET) y el Instituto de Tecnología Agroindustrial del Noroeste Argentino (ITANOA, EEAOC-CONICET).
El camino para obtener un producto de valor agregado real
Entrevistada por Argentina Forestal, la Directora del Instituto de Materiales de Misiones (IMAM) Dra. Cristina Area, también directora del Programa de Celulosa y Papel (PROCYP) y del CONICET Nordeste, responsable del proyecto, expresaba que: “Este proyecto es un desarrollo muy importante para la ciencia y técnica de la provincia no solo porque puede generar nuevos procesos de agregado de valor para el sector forestal, sino porque también ubica a la provincia a la vanguardia de las investigación y desarrollo para la bioindustria”.
En el libro “Panorama de la Industria de Celulosa y papel y materiales lignocelulósicos 2016”, escrito por la Dra. Area en conjunto con María Evangelina Vallejos se explica con claridad los principios por los cuales el proyecto BioNA hoy está en marcha: “La biomasa lignocelulósica es una fuente importante de materias primas, dado su carácter renovable y poco contaminante, que se encuentra disponible en grandes cantidades y puede ser utilizada para producir biocombustibles, biomateriales y bioproductos, los cuales pueden tener estructuras moleculares similares o diferentes a las de los productos derivados del petróleo. Entre estos productos, se busca obtener: ácidos levulínico y láctico a partir de las hemicelulosas de la corteza y el aserrín de pino; xilitol a partir de las hemicelulosas de bagazo de caña y aserrín de eucaliptus; vainillina y otros productos derivados de la lignina de corteza y aserrín de pino; compuestos fenólicos de bajo peso molecular y ácidos dicarboxilicos a partir del residuo fenólico generado de la oxidación de la lignina a vainillina; bioetanol y nanocelulosa a partir de la fracción celulósica de todas las materias primas en estudio”.
Aplicación de estos bioproductos a la vida cotidiana
Intentar comunicar a la sociedad en su conjunto avances de tamaña envergadura no es tarea sencilla. Por ello, para entender los bioproductos mencionados en el fragmento del resumen del libro debemos entender su aplicación sobre lo cotidiano:
- Ácido levulínico: se usa en la producción de nailon, gomas sintéticas, plásticos y productos farmacéuticos.
- Ácido Láctico: En cosmética se utiliza como alternativa más amplia al uso de la glicerina como suavizante. Es usado principalmente como químico anti-edad para suavizar contornos; reducir el daño producido por la luz solar; para mejorar la textura y el tono de la piel, y el aspecto en general.
En alimentos y otras aplicaciones es utilizado en varios productos como regulador de acidez. Aditivo en alimentos o fragancias. Curtimiento de pieles. Materia prima para síntesis orgánica, entre otras aplicaciones. - Xilitol: Los productos más comunes que lo contienen son chicles y golosinas, helados, chocolates, mantequilla de maní sin azúcar, postres, mermeladas, jarabes para la tos, Sprays nasales, suplementos deportivos, pastas dentales y enjuagues bucales.
- Vainillina: Se emplea en la industria de la alimentación en cientos de productos. Es un saborizante de suma importancia.
- Bioetanol: Es un tipo de alcohol inflamable, es decir un combustible de origen vegetal. Se utiliza para la elaboración de los combustibles tradicionales. Es Fuente de energía renovable, Brasil y EEUU son líderes en la producción y exportación.
El paso final de los resultados a la vista de las investigaciones y estudios hechos, es esta planta piloto de Biorefinerías para determinar la posibilidad de producción y comercialización de carácter industrial. El avance de Misiones en materia de investigación, a cargo de nuestros profesionales, y científicos se debe reconocer y seguir acompañando, debido a que como hemos visto el proceso es arduo, pero evidencia resultados que promueven el bienestar general.
Tener la posibilidad de crear productos con alto valor agregado utilizando energías renovables disponibles gracias a la producción agro-industrial primaria que posee la provincia fortalece y valoriza toda la cadena productiva. El potencial de desarrollo que presenta este proyecto BioNA no tiene un horizonte definido aún, de todos modos, el camino es el emprendido puesto que lograr la producción industrial de al menos uno de estos bioproductos representa un gran desarrollo a todos los niveles para la sociedad en su conjunto.