Por Nicolás Marchiori
La coalición que llevó a Mauricio Macri a la presidencia en 2015 no existe más como tal. La decisión de Rodríguez Larreta de desdoblar elecciones en CABA fue la estocada final para una alianza política que se venía resquebrajando a gran velocidad en este último tiempo.
Cuando los libros de historia hablen sobre el final de Juntos por el Cambio, sin dudas deberán citar entre los desencadenantes la decisión de Rodríguez Larreta de desdoblar las elecciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Elecciones concurrentes” fue el término elegante elegido para quitarle dramatismo a un hecho que pone fin a una estructura de poder que le permitió gobernar durante 16 años el distrito más rico del país y también llegar a la presidencia de la Nación en 2015.
Juntos por el Cambio tal y como lo conocíamos dejó de existir el pasado lunes luego de la publicación del video del alcalde porteño en donde se conocía su decisión de desdoblar las elecciones en CABA. El gesto de Rodríguez Larreta puede ser tomado como un acto de autoridad y al mismo tiempo el mayor gesto de rebeldía frente a su mentor Mauricio Macri. Lo cierto es que luego de esta acción ya no hay vuelta atrás, la relación se rompió y jamás será lo mismo.
El Jefe de Gobierno porteño publicó en el día de ayer en el Boletín Oficial de la ciudad la convocatoria a elecciones concurrentes, tal como lo había anunciado el lunes en el video que provocó la fuerte crisis interna en el PRO.
El decreto publicado tiene una particularidad: no fue rubricado Jorge Macri, ministro de Gobierno. Su área es clave en la organización de las elecciones, pese a que el artículo 11 especifica explícitamente que fue refrendado por él. Su firma fue delegada en el ministro de Justicia y Seguridad de la ciudad, Eugenio Burzaco. El instrumento legal además fue suscripto por el ministro de Economía, a cargo del financiamiento del operativo, Martín Mura, y el Jefe de Gabinete, Felipe Miguel.
Según trascendió, Jorge Macri no firmó el documento porque se encuentra de viaje. El ministro de Gobierno viajó a los EE.UU. para realizar un tratamiento médico. Esta versión confirma los rumores que indican que el funcionario viajó a propósito para no avalar el decreto con su nombre.
Cuando un funcionario no puede cumplir con un acto administrativo por algún motivo, debe delegar su firma. Generalmente el ministro de Gobierno suele ser reemplazado por el titular de la cartera de Salud, Fernán Quirós, quien también es precandidato a jefe de Gobierno de la ciudad. Sin embargo, para esta ocasión eligió a Burzaco, otro funcionario del riñón macrista.
El primo de Mauricio Macri es uno de los principales heridos que dejó la decisión de desdoblar las elecciones. El dirigente sostiene que el jefe de Gobierno porteño buscó beneficiar al senador radical Martín Lousteau, quien también competirá por la jefatura de gobierno de CABA, y que a priori no tenía un candidato presidencial fuerte para adherir a su boleta.
Por su parte, Rodríguez Larreta sostiene que sólo se limitó a cumplir con la ley electoral, aunque la jugada da lugar a otras lecturas: la principal apunta a una demostración de independencia y carácter frente a Mauricio Macri de cara a lo que podría suceder a partir del 10 de diciembre en una eventual gestión larretista.
La furia macrista
Cada día que pasa recrudece la interna cambiemita. El día de ayer se llevó a cabo en La Rural un almuerzo organizado por el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (CICyP) en el cual se congregó la primera plana del empresariado argentino. Allí, Mauricio Macri aprovechó para reprochar a Rodríguez Larreta que debía haberse sentado a conversar con los miembros del partido antes de convocar a elecciones concurrentes en CABA.
En su participación Macri lució visiblemente ofuscado, admitió que la rivalidad, la vehemencia y los egos existen en la alianza opositora de Juntos por el Cambio. “La tensión está y va a estar”, se sinceró el ex presidente de la Nación. Al mismo tiempo, consideró que la decisión del jefe de Gobierno porteño le produjo “una profunda desilusión”.
En otro tramo de su exposición, que da cuenta del momento de furia que atraviesa Mauricio Macri expreso que “día a día hay más gente que se enoja y más gente que cree que hay romper todo. Creo que hay que dinamitar, bueno, semidinamitar todo”. Una polémica declaración que sólo agrega más condimento a la grieta creada por los dos grandes frentes nacionales.
En este contexto la gran pregunta que surge es: ¿Qué decisión tomará Macri? Su bronca con Rodríguez Larreta está lejos de disiparse. En función de ello, surge la posibilidad de que apoye explícitamente a Patricia Bullrich. Su discurso ayer en La Rural dejó varios indicios en ese sentido. El ex presidente pronosticó que Juntos por el Cambio competirá en segunda vuelta contra los liberales. Frente a ese escenario, consideró que el candidato ideal es alguien como Milei, con un perfil similar al neoliberal, con las mismas ganas de romper el statu quo de leyes laborales y previsionales, pero con experiencia de gestión. Dicho esto, todos los caminos conducen a un apoyo explícito a Bullrich.
Efectos de la ruptura cambiemita
Macri pasó en pocos días de renunciar a cualquier candidatura a desistir también de mantener su liderazgo en la alianza de Juntos por el Cambio. Su reacción frente a la decisión de Rodríguez Larreta de desdoblar las elecciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires termina por demostrar que su interés se reduce de forma excluyente a la suerte del PRO. En efecto, el futuro de la coalición opositora no figura en su radar.
El jefe de Gobierno porteño demuestra lo contrario, puesto que la instrumentación de este sistema electoral en CABA, estipulado por la ley y que hasta el momento de su anuncio era defendido por toda la dirigencia de JxC, permite equilibrar las chances del PRO y de la UCR en las urnas.
Lo cierto es que este turbulento escenario pone en juego el liderazgo dentro de la oposición y, sobre todo, el pleno ejercicio del poder: Macri quiere se quiere reservar el papel de padre fundador del PRO en Juntos por el Cambio; por su parte, Rodríguez Larreta pretende dar una muestra de carácter y autonomía ante el fundador del partido.
El cisma que se da en el seno del PRO ya generó consecuencias que afectan fuertemente al gobierno de la Ciudad. El jefe de Gobierno porteño se quedó sin mayoría automática en la Legislatura de CABA, puesto que tres legisladores que responden a Patricia Bullrich le quitaron su apoyo. Se trata de Juan Pablo Arenaza, Carolina Estebarena y María Luisa González Estevarena.
En la Legislatura Porteña se necesitan 31 votos para tener quorum propio, es decir, la mitad más uno de los 60 legisladores que la integran.
Crisis de escala nacional
La imagen de Juntos por el Cambio en estos momentos es de una estructura que se cae a pedazos. Mendoza se presenta como el caso más emblemático. Con elecciones provinciales en puerta el diputado y candidato a gobernador De Marchi desafió a la conducción nacional del PRO y anunció que va a la Justicia. El legislador del PRO rechazó de plano la decisión del interventor Humberto Schiavoni, que fue designado por 30 días. El senador nacional misionero inscribió al PRO dentro de la alianza Cambia Mendoza, que postula para la gobernación al radical Alfredo Cornejo.
Desde el entorno de De Marchi manifestaron: “vamos por la nulidad de la intervención nacional del PRO en Mendoza y de la integración a Cambia Mendoza. Es absolutamente improcedente, desde el punto de vista más elemental. Es una decisión que tiene que tomar la provincia, a partir de sus órganos, como lo viene haciendo”.
De esta manera, mientras los representantes legales del líder del PRO mendocino ultiman los detalles de las presentaciones en tribunal, puertas adentro del “demarchismo”, que tiene mayoría en Mendoza, se muestran confiados en la resolución judicial.
Bajo este escenario, que ya generó la ruptura del interbloque en la Legislatura mendocina, lo que determine la Justicia será de vital importancia puesto que allí también entra en juego el financiamiento para la campaña.
El armado de De Marchi está integrado por el Partido Demócrata, la Coalición Cívica-ARI, el Partido Libertario de Javier Milei y el Partido de los Jubilados.
La provincia de Misiones no está exenta de esta cruel batalla. En las últimas semanas trascendió que el histórico dirigente y presidente del bloque del PRO en la Legislatura misionera Jorge Ratier Berrondo y el ex concejal radical Osvaldo Navarro mantienen fuertes diferencias con la actual dirigencia de Juntos por el Cambio en Misiones. Con fuertes críticas al manejo sectario y a la falta de una estrategia seria que le permita a JxC contar con reales chances de pelear por la gobernación en Misiones, dejaron trascender que existe la posibilidad de que compitan en las PASO del 13 de agosto con una lista por fuera de la estructura de Juntos por el Cambio.
A esto debe sumársele el masivo éxodo de dirigentes radicales entre los que se destacan José Luis Pastori, hijo del tradicional dirigente radical que fuera legislador nacional, el presidente de la juventud radical Germán Ferber y el referente Luis Holz, así como también la gran cantidad de sublemas que fueron retirados en toda la provincia por la falta de apoyo, problemática denunciada por dirigentes y militantes del interior.
El autor es Abogado. Diplomado en Manejo de Crisis y en Análisis de Procesos Electorales. Especializado en Comunicación de Gobierno y Electoral.