Por Melody Amal Khalil Kabalan (*)
El agua es mencionada en el Sagrado Corán 264 veces, así lo indica el prólogo del primer Corán traducido al idioma español, una traducción literal, íntegra y directa del original arábigo por el Maestro Ahmed Abboud y Rafael Castellanos, el libro sagrado de los musulmanes está compuesto por 114 capítulos.
El agua es un elemento fundamental en la vida del ser humano, y Dios es claro en el pedido a los hombres y mujeres, comportarse con ética con la creación divina.
Claro ejemplo es el de la surah o en idioma español “capitulo” 6 – aleya 141:
“ Allah no ama a los derrochadores”. El gran comportamiento del profeta Muhammad con él sea la paz quien ejemplificó este versículo coránico cuando reprendió a unos hombres que se encontraban por tirar el agua que habría sobrado luego de que el profeta se lavará con ella. El profeta ordenó de inmediato devolverla al río para que pueda ser utilizada por otras personas.
Podemos apreciar como el cuidado del agua se vuelve un acto de fe y amor al Creador en la tradición islámica.
Hace más de 1400 años atrás, Dios llamó a los seres humanos a que tomen conciencia sobre las virtudes de la naturaleza, el agua, los ríos, las montañas, todo tipo de especie y el rol fundamental de las abejas están claros en el último libro revelado por Dios Poderosísimo al profeta del Islam a través del arcángel Gabriel, nos responsabiliza sobre el cuidado del medio ambiente a través de su revelación y el ejemplo claro del profeta Muhammad como he mencionado subpra.
A través de la revelación coránica podemos apreciar el valor del agua para el Islam, como un elemento básico y primordial en la vida de todo ser, como una herramienta de purificación, alimentación, restauración y limpieza.
La encontramos en los rituales sagrados y diarios, previo y posterior a los actos de vida cotidianos en el que el agua cumplirá el rol fundamental de purificar el cuerpo y así el alma.
El agua es símbolo de hitos históricos relacionados a la vida de los profetas, mensajeros y mujeres de la tradición religiosa.
El claro ejemplo de la perseverancia y fe del profeta Abraham, su mujer Agar y fruto de ambos, el profeta Ismael Dios esté complacido con ellos.
Cuando Agar se encontraba sola con su hijo Ismael en la desolada y desértica ciudad de Meca corrió desde una punta hasta la otra entre dos pequeñas colinas Safa y Marwa desesperada para encontrar agua para su sediento y amado bebe (Profeta Ismael), fue el milagro conocido como agua de Zamzam otro nombre femenino al igual que Safa y Marwa en la que Dios hizo brotar de un pozo, agua fresca, rica y pura que hasta el día de hoy los fieles musulmanes de todos puntos del mundo acuden a dicha fuente para saciar su sed y tomar con fe esta agua pura que jamás a dejado de brotar en el medio del gran desierto arábigo.
Muchos fieles recogen el agua de Zamzam esperanzados en ofrecer a los enfermos con el propósito de curarse al beberla, considerada por los fieles musulmanes como un agua medicinal.
Así fue como el milagro del agua, fuente de vitalidad acercó a la población de la antigua Arabia a habitar la Meca, un hecho milagroso que conformó a un pueblo para que luego viniera el profeta Muhammad, sello de los profetas y contar con una nación en la cual predicarles y enseñarles el Islam. Una conexión entre los profetas anteriores y últimos, todos amados por Dios.
“ Creemos en Dios, en cuanto nos ha sido revelado ( el Corán), y en lo que fue revelado a Abraham , a Ismael, a Isaac, a Jacob y a las doce tribus de Israel, y en lo que fue concedido a Moisés y a Jesús y en lo que fue dado a los profetas por su Señor; no hacemos distingos entre ninguno de ellos y seguiremos consagrados a Él”. Sagrado Corán, Capítulo la Vaca: 136
El Islam es una religión y un modo de vida donde no solo se promulga la paz entre los seres humanos sino la paz de los seres humanos hacia la creación divina sean estos del mundo animal o recursos naturales “ No corrompais las cosas en la tierra” ( Capítulo la Vaca – aleya 11).
(*) La autora es Presidenta del Instituto Islam Para la Paz.