Luego del veto presidencial a la zona aduanera especial, buena parte de la población misionera se sintió decepcionada por la ruptura de esa promesa. Esto es una luz de alarma para el gobierno del Frente de Todos, particularmente en un año electoral.
Alberto está en deuda con los misioneros, esa frase se repite en la mayoría de los habitantes de Misiones: gente de a pie, profesionales, empresarios, consideran que el veto a la zona aduanera especial para la provincia -aprobada en el presupuesto 2021- es una herida que va a tardar en sanar. Ese proyecto había unido a toda la dirigencia y ciudadanía local, no va a ser el tiempo el que remedie tal golpe, deberá ser una medida resarcitoria.
Hace 10 días la diputada nacional Flavia Morales elevó ese reclamo al presidente en nombre de la provincia, pero el primer mandatario quiso averiguar por cuenta propia si era verdad la existencia del malestar ciudadano. Los datos que obtuvo Fernández le generaron preocupación y ansiedad, de cara a un año complejo como el anterior y que, además, tiene la elección de medio término.
El presidente cuenta que Misiones respalde el proyecto que encabeza, tal cual lo hizo en 2019. Pero el veto y la falta de explicación oficial de tal decisión elevan la incertidumbre del desempeño electoral del FdT en la tierra colorada.
En una semana muy difícil, con el escándalo del vacunatorio VIP, que derivó en la eyección del puesto del ministro de Salud Ginés González García, los datos que recibió el mandatario sobre el descontento de la población misionera con su gestión no hicieron más que ensombrecer la situación.
El pueblo de Misiones necesita volver a creer en el gobierno nacional, el veto a una ley aprobada por el Congreso es una medida que va a contramano de una premisa que el Frente Renovador aplica desde que es gobierno y a la que el misionero le da un valor muy importante: la palabra empeñada es ley.