Por Nicolás Marchiori
La Provincia de Misiones pone en funcionamiento la primera Secretaría de Estado de Cambio Climático -con rango ministerial- de América Latina. Discusiones acerca del cambio climático a nivel mundial. Bonos verdes: una oportunidad para el abordaje de la problemática.
Misiones cuenta con el mayor porcentaje de la biodiversidad de Argentina, albergando al 52% de la flora y la fauna existente en el territorio nacional. Su ecosistema le permite generar aire puro, imprescindible para mitigar los efectos del cambio climático. La provincia juega un rol clave debido a su bosque nativo (el 55% de su superficie) y su nivel de forestación.
En este contexto, y con la visión estratégica del Ing. Carlos Rovira, la Cámara de Representantes de la Provincia creó por ley la Secretaría de Estado de Cambio Climático que, con rango ministerial, se transforma en la primera de su tipo en Sudamérica.
La principal tarea de este nuevo organismo será llevar adelante la agenda del cambio climático y dentro de sus funciones estarán las de “asistir al Gobernador de la Provincia en todo lo inherente a la planificación, ejecución y control de las políticas, acciones y obras relacionadas con el cambio climático; establecer medidas para la mitigación de las emisiones de gases del efecto invernadero, fomentando el desarrollo sostenible; promover el desarrollo e investigación de las distintas formas de protección, así como también articular acciones con los municipios, demás ministerios y organismos para el cumplimiento de sus funciones.”
Las discusiones sobre el cambio climático en el mundo
La XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático (COP21) llevada a cabo en el año 2015 en Francia es el antecedente más reciente al respecto, la cual derivó el famoso Acuerdo de París. Se trata de un documento suscripto por 97 países parte (96 países firmantes individualmente y la Unión Europea que suscribió como bloque regional). En 2017, el Presidente de los Estados Unidos (Donald J. Trump) anunció la retirada de su país, cumpliendo con su promesa de campaña. Los demás países ratificaron su compromiso.
La parte más trascendente del acuerdo se encuentra en su Artículo 2, por medio del cual se fija como objetivo reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, en el contexto del desarrollo sostenible y de los esfuerzos por erradicar la pobreza determinando tres acciones concretas:
- Mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de los 2° con respecto a niveles preindustriales, y proseguir con los esfuerzos para limitar ese aumento de temperatura a 1,5° C con respecto a dichos niveles;
- Aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático y promover la resiliencia al clima y un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, de un modo que no comprometa la producción de alimentos.
- Elevar las corrientes financieras a un nivel compatible con una trayectoria que conduzca a un desarrollo resiliente al clima y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero.
En la parte III del libro “¡Ciudadanos a las urnas! Crónicas del mundo actual”, el influyente economista francés Thomas Piketty aborda bajo el título “Los que contaminan el mundo deben pagar” el difícil panorama a nivel global en materia ambiental. Sostiene que según estimaciones “habrá que destinar un fondo mundial que ronda los 150 mil millones de euros anuales para financiar inversiones mínimas necesarias a fin de adaptarse al cambio climático. Si los países ricos no son capaces de reunir esta suma (representa apenas el 0,2% del PBI mundial), resulta iluso procurar convencer a los países pobres y emergentes de que realicen esfuerzos adicionales para reducir sus emisiones futuras”.
En concreto, actualmente los casi 7.000 millones de habitantes del planeta emiten el equivalente a 6 toneladas anuales de C02 por persona.
Bonos Verdes: una alternativa para abordar al cambio climático
Los bonos verdes son un tipo de deuda emitida por instituciones públicas o privadas que, a diferencia de otros instrumentos de crédito, comprometen el uso de los fondos obtenidos con un fin medioambiental. Así, el dinero obtenido se destina específicamente para la financiación o refinanciación de proyectos verdes, es decir, sostenibles y socialmente responsables en áreas tan diversas como las energías renovables, la eficiencia energética, el transporte limpio o la gestión responsable de los residuos.
Su principal peculiaridad reside en su objetivo: deben destinarse a la financiación de proyectos que contribuyan a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, concretamente el Nº 7 (energía asequible y no contaminante) y el Nº 13 (acción por el clima).
Los bonos verdes crean conciencia acerca de los desafíos del cambio climático y muestran las posibilidades que tienen los inversionistas institucionales de apoyar inversiones climáticamente inteligentes a través de instrumentos líquidos sin renunciar a obtener una rentabilidad financiera. Además, ponen de relieve el valor social de las inversiones de renta fija y la necesidad de una mayor atención en la transparencia. Los primeros bonos verdes constituyeron la base de los principios internacionales de este tipo de bonos, coordinados por ICMA (International Capital Maket Association).
Los Bonos Verdes en el mundo y en la región
En los últimos años se ha transformado en una tendencia ser sustentable con el medio ambiente. En la actualidad, una empresa que tiene buenas prácticas ambientales tiene mejores chances de atraer y captar inversores. Los “bonos verdes” comienzan a ganar protagonismo mundialmente y se instalan como una alternativa de financiamiento en nuestro país. Según datos de FIX Ratings “las emisiones a nivel global alcanzaron aproximadamente los U$S 255.000 millones en 2019, con un crecimiento del 52,4% respecto a 2018, y en la Argentina se observa un marcado interés por la emisión o re-categorización de este tipo de bonos desde fines del año pasado, que se aceleró con la fuerte baja en la tasa de interés en los primeros meses de este año”.
La aparición de valores negociables verdes ha sido reconocida por las Naciones Unidas como “uno de los desarrollos más importantes en el financiamiento de oportunidades de inversión con bajas emisiones de carbono y resiliencia climática” y un aporte para un desarrollo más sustentable e inclusivo. De acuerdo a los reportes publicados, diferentes consultoras sostienen que, a escala global, el 32% de los fondos provenientes de estas emisiones se destina a proyectos vinculados con energías renovables, el 29% a edificios verdes y el 20% a transporte.
El crecimiento de este tipo de emisiones financieras en el mundo es impulsado por iniciativas regulatorias de carácter voluntario, como los Principios de Inversión Responsable de Naciones Unidas. El continente europeo lidera la inversión sostenible, seguido por los Estados Unidos y Japón, en un mundo en donde los mandatos son cada vez mayores por parte de los inversores orientados al cambio climático y las regulaciones ambientales.
Según las conclusiones de un informe de la consultora S&P Global, América Latina se está volviendo más “verde” y se busca un desarrollo más sostenible en la región. Tanto los gobiernos como las empresas están apostando fuertemente a los Bonos Verdes. Este tipo de deuda se diferencia de la convencional en que el dinero captado debe emplearse en proyectos sostenibles relacionados con energías renovables, eficiencia energética, inclusión social y conservación de la biodiversidad.
Desde el año 2007, 24 empresas y gobiernos regionales en América Latina han emitido U$S7.000 millones en Bonos Verdes y Sociales, siendo Brasil el mayor emisor regional, con un porcentaje cercano al 51% del total emitido.
Los avances en Argentina para la implementación de los Bonos Verdes y Sustentables
Entre 2017 y 2018 la Argentina emitió cuatro Bonos Verdes por un total de U$S 610 millones. La Provincia de Jujuy colocó la mayor emisión de un Bono Verde para el país, fueron U$S 210 millones para financiar Cauchari, el parque de energía solar más grande de América Latina. El gobierno jujeño recibió un poco más del triple de ofertas del monto que había propuesto emitir, con una tasa de interés del 8,6% anual.
En el año 2018 fue sancionada una norma (Resolución General N°764/2018 y Anexo RG N°788) por la Comisión Nacional de Valores que establece los lineamientos de Argentina para su emisión y los reconoce como una forma de movilizar el capital privado hacia sectores prioritarios y de esa forma promover el desarrollo de infraestructura resiliente baja en carbono, que permita un desarrollo equitativo y sustentable. Asimismo, reconoce a los “Green Bond Principles” (GBP) y al “Climate Bonds Standard” (CBS), como los estándares que deberán ser considerados para la emisión de Bonos Verdes. Esta guía se preparó con la asistencia de la UNEP (Naciones Unidas) y la Climate Bonds Initiative (CBI).
En un importante avance para promover las finanzas verdes y contribuir con los Objetivos del Desarrollo Sostenible a través del BYMA (Bolsas y Mercados Argentinos), el mercado argentino cuenta actualmente con un panel exclusivo de Bonos Sociales, Verdes, Sustentables (SVS), los cuales consisten en un panel compuesto por valores negociables que se destinan a financiar proyectos que contribuyan con la mejora del medio ambiente o con problemáticas de tipo social. Esta innovadora iniciativa contempla una “Guía de Bonos SVS” y un reglamento que especifica los requisitos para los emisores de obligaciones negociables y de títulos públicos para obtener el listado de esos valores y su incorporación al panel. Belén Zermatten, consultora de PwC Argentina explica que “este tipo de instrumentos brindan una mejora en la diversificación de inversores, capturando nuevas oportunidades de negocios al aprovechar la creciente demanda de desarrollo sostenible como así también la atracción de capital de largo plazo.”
Los emisores de Bonos Verdes deben cumplir y ajustarse a tres requerimientos:
- Revisión Externa: debe ser elaborada por un tercero independiente que cuente con experiencia tanto en materia ambiental como social en la que informe que los proyectos a financiar o refinanciar con los fondos recaudados por la colocación del bono están alineados con los principios contemplados en la Guía de Bonos SVS, y en la que haga constar el alcance de la revisión realizada. Esta revisión externa podrá ser realizada por entidades aprobadas por Climate Bonds Initiative (CBI) o por alguna otra de carácter local o internacional que puedan desarrollarse en el futuro.
- Prospecto de emisión: debe incluir la información exigida en las Normas de la Comisión Nacional de Valores, debiendo especificar las condiciones de emisión.
- Reporte Anual: con la información actualizada sobre el uso de los fondos provenientes de la emisión del Bono; y, en el caso de que hayan sido monitoreados, los beneficios sociales y ambientales que se lograron a partir de los proyectos que fueron financiados o refinanciados.
El autor es abogado, Diplomado en Manejo de Crisis y becario de la Fundación Konrad Adenauer.