Por Karen Fiege
La flamante Reina de la Fiesta Provincial Las Raíces, representante de la colectividad sirio-libanesa, se refirió en esta entrevista a su herencia familiar, la responsabilidad que conlleva la coronación y la compleja situación que atraviesa el mundo árabe.
El pasado mes de octubre, desde el jueves 28 al domingo 31, se llevó a cabo la 29° edición de la Fiesta Provincial de Colectividades Las Raíces en Jardín América. Esta celebración tiene como origen un trabajo práctico del Instituto de Formación Docente en el año 1991.
Únicamente no se realizó en 2001, debido a la crisis social y económica que afrontó el país, y el año pasado, a causa de la pandemia. En la edición de este año se sucedieron las actividades musicales, la danza, y el arte en general. Además de la clásica coronación de la Reina Provincial y las princesas de la Fiesta.
Fue coronada como Reina de la Fiesta Las Raíces 2021 la representante de la colectividad sirio-libanesa, Darife Tebecheri, convirtiéndose así en la quinta soberana de origen sirio-libanés, colectividad que participa de la Fiesta desde 1994. Sus predecesoras en la Corona fueron Cintia Tayar -1996-, Patricia Sanchez -1999-, Karen Fiege -2007-, y Jennifer Nahir Yardín -2018-.
Tuvimos la posibilidad de dialogar con Darife Tebecheri, la flamante reina, quien nos contó acerca de su herencia árabe familiar, su participación en la colectividad sirio-libanesa de Jardín América, el orgullo y la responsabilidad del privilegio que le fue otorgado por el jurado de la Fiesta, y su mirada sobre la compleja situación que se vive en el mundo árabe.
-Darife no es un nombre común, está lleno de identidad, de historia. ¿Cómo es la vivencia de la herencia árabe dentro de tu familia? ¿De qué manera se da la participación en la colectividad sirio-libanesa de Jardín América?
–La herencia árabe está en esos pequeños detalles, como lo son mi nombre y el de uno de mis hermanos; mi nombre en particular era el de mi tatarabuela y me llena de orgullo llevarlo en alto, además, descubrí hace unos años que significa “encantadora, amable”, y siento que, sin intención de agrandarme, a mi alrededor me consideran un ser con esas características.
La participación en la colectividad se da desde muy chiquita, cuando acompañaba a mi papá a trabajar a la carpa sirio-libanesa. Allí observaba a las belly dancers y me encantaba tanto la atmósfera que se respiraba que quedó como deseo permanente el de representar a la colectividad.
-Las Raíces tiene 29 ediciones, y a diferencia de otras colectividades, la sirio-libanesa tuvo pocas reinas. En 1996, 1999, 2007 y 2018. ¿Cómo viviste este rol de representante del grupo de trabajo, y posteriormente ser electa reina de la Fiesta?
–Desde un principio me recibieron con los brazos abiertos y con toda la calidez del mundo, y por ello le estoy extremadamente agradecida a todos los que pusieron el pecho, como todos los años para que la colectividad esté presente en Las Raíces.
Ahora que represento a la Fiesta siento una responsabilidad en cuanto a no solo promocionarla, sino que a llevar en alto a todas las colectividades. Es una preparación que viene desde antes, inclusive antes de que el jurado nos evalúe en el test cultural.
-Misiones es un crisol de razas ¿Que importancia crees que tiene saber de dónde venimos?
–Si bien represento a la colectividad sirio-libanesa, es por parte paterna; si voy por el lado materno, soy alemana, por lo que coincido totalmente con Misiones como crisol de razas. Creo que el saber de dónde venimos nos ayuda a analizar en cuanto a conductas y valores cómo somos nosotros como individuos y cómo nos comportamos dentro de una sociedad, y la manera en la que podemos corregir para dejar un mundo mejor para nuestra descendencia.
Lamentablemente, la historia de mi ascendencia libanesa es una de huir de guerras, y hoy en día el conflicto no cesó en la región árabe; yo por mi parte siempre tengo en mis oraciones a todas las personas de esas regiones y a todas aquellas que se encuentran en otros países como refugiados, y mantengo la fuerte esperanza de que algún día todo eso se va a terminar. Y no es algo cliché o que tengo una mirada de un mundo color de rosa, sino que tengo una fe muy grande en Dios y sé que un día la gente va a tener un despertar interior que los va a hacer cuestionar sus acciones y acabar con el conflicto.