Por Nicolás Marchiori
La aprobación del Presupuesto 2025 convirtió a Misiones, una vez más, en la primera provincia del país en contar con la principal herramienta de gestión. Lo sucedido en las reuniones de comisión y en el posterior debate de la Ley de Leyes, configura un clivaje de clase orden/caos marcado por la polarización entre un oficialismo que luce firme y robusto frente a una oposición anémica y desconcertada que no logra recuperarse de una sucesión de hechos escandalosos que hicieron trizas su capital político y la confianza de la sociedad misionera.
Los escenarios complejos que atraviesan al mundo actual han provocado un deslizamiento de un modelo de sociedad estable, cierta y previsible hacia un modelo de sociedad incierta.
Cuando se habla de incertidumbre, se hace referencia a la ausencia de certeza, convicción, confianza o seguridad sobre algo que se conoce o que se realiza. Tal vez en la incertidumbre que atraviesa a las sociedades esté la explicación de las crisis. Las crisis como tales ponen en movimiento procesos desordenados que pueden convertirse en desencadenantes, creando nuevas condiciones para la acción, poniendo en marcha todo aquello que puede aportar cambio y transformación.
Analizar semánticamente la palabra “crisis” revela conceptos ricos en significados que se componen de dos caracteres que significan “peligro” y “oportunidad”.
Transformar una crisis en oportunidad depende de la capacidad de resiliencia y predisposición de los actores, ya que serán estos quienes se transformen en agentes catalizadores que forjen nuevas y mejores realidades.
Los estados de crisis por lo general son propensos a generar caos. Es ante estos escenarios donde adquiere vital relevancia el valor del orden. El orden como principio es armonizador, permite aportar claridad y certidumbre a los escenarios complejos, dando una correcta disposición a las cosas y ubicándolas en el lugar que les corresponde ideando un camino coherente para seguir y llegar a una meta.
La búsqueda y consolidación de la paz está en la esencia de cualquier pacto social. Acotar las divisiones, enmendar errores y reparar daños, desalentar los enfrentamientos, sanar rencores y resentimientos, levantar a los caídos e incluir a los marginados, y, en lo posible, neutralizar todo motor de violencia, constituye la esencia de un buen gobierno y cimenta cualquier programa que aspire a un futuro viable.
La orientación hacia la paz, superando rencores, envidias, pugnas y divisiones, configura una piedra fundamental para cualquier sociedad y, necesariamente, un eje central también de nuestro reflexionar.
La paz social fue definida por San Agustín como uno de los mayores bienes terrenales, aunque requiere indefectiblemente del ordenatorio poder de gobierno. Y remarca en su icónica obra “De civitate Dei” que para evitar la servidumbre de la anarquía y el crimen, es preciso aceptar el poder político, que sostenga la ansiada “tranquilidad en el orden” “concordia ordenada”.
Sólo el orden justo para el bien común permite el florecimiento de aquella. Por su parte, Tomás de Aquino en la “Summa Teológica” analiza los contrarios como modo de ilustrar su contenido. De ahí que diga que a la paz se oponen dos tipos de disensiones: “la de los hombres entre sí, la del hombre consigo mismo”. También se refiere a los obstáculos, los que creen en la guerra como modo de lograr la paz, claramente visible en el lema romano “si vis pacem, para bellum”, y todas las inclinaciones contrarias al otro, el odio, el desprecio, la envidia, el disenso, la indiferencia. Es que la amistad en política no es algo dado, sino construido de modo arduo. Lo dado es la tendencia a la enemistad, como rasgo permanente de la condición humana.
Cuando Platón pensó en una república guiada por sabios guardianes, partía del concepto de que, así como la moral estaba destinada a ordenar en lo interior las conductas humanas, la política era el ordenador de la vida.
La política como ordenador de la vida de la gente
El Presupuesto 2025 refleja las exigencias actuales de la ciudadanía, las cuales se pueden resumir en la necesidad imperiosa de un Estado más eficiente que les haga la vida más simple.
Cuando hablamos de eficiencia no nos estamos refiriendo al concepto tradicional que tiene intima vinculación con la austeridad, estamos hablando de un nuevo concepto en función de valor público. Significa que cada peso que gasta el Estado debe ser valorizado por la ciudadanía a través del servicio que recibe, si no es así, estamos hablando de un Estado ineficiente.
Un Estado eficiente es aquél cuyo gobierno logra construir una administración pública ordenada y coherente. Una administración que, en función de objetivos y metas predeterminadas, establece las gestiones pertinentes. Una administración profesional, estable, que sirva con calidad a la ciudadanía. Una administración que sepa planear con sentido estratégico, capaz de programar, evaluar y controlar adecuadamente, sin excesos que limiten o anulen la ejecución responsable.
La planificación tradicional subestimó y analizó desde una perspectiva simplista el problema de la gestión. Por otra parte, el viejo paradigma de la gestión no planteaba mayores enlaces con los marcos globales de planificación. Dicho esto, el presupuesto adquiere especial relevancia atento a que se trata de una herramienta política que define cada una de las prioridades fijadas por el Gobierno provincial para enfrentar los desafíos económicos y sociales que se presentan en un contexto nacional que luce complejo.
En la sesión ordinaria del pasado jueves, Misiones se convirtió nuevamente en la primera provincia argentina en aprobar su presupuesto para el ejercicio 2025. De esta forma, el gobernador misionero Hugo Passalacqua ya cuenta con la principal herramienta para la gestión, herramienta que aporta previsibilidad y gobernabilidad.
La Ley de Leyes se destaca por su fuerte contenido social. Del total del presupuesto, el 68,8% será destinado a la salud, la educación y el bienestar social. La proyección presupuestaria para el ejercicio 2025 se ha fijado en $3.107.874.111.000.
Durante su exposición en el recinto, la diputada y presidente de la Comisión de Presupuesto, Suzel Vaider manifestó que el cálculo presupuestario “representa un incremento interanual nominal de 142% en relación al presupuesto 2024 en ejecución”. Y subrayó que “este crecimiento refleja el compromiso del Gobierno provincial de responder a las crecientes demandas de la población, y las políticas al contexto nacional.”
Vaider destacó que “Misiones tiene una economía con equilibrio fiscal, desde hace muchos años. Y esto es por una decisión política con marco legal, ya que por ley el Poder Ejecutivo no puede endeudarse para erogaciones corrientes”.
Otro de los aspectos destacados de su exposición fue lo señalado en cuanto a la deuda pública: “somos la tercera provincia a nivel nacional con menor deuda. Seguimos honrando con cumplimiento una deuda que fuera tomada irresponsablemente en la década del 90”.
Del análisis del presupuesto se desprende que uno de los principales objetivos será la consolidación del crecimiento económico y en este sentido, adquiere especial relevancia el desarrollo de infraestructura clave para el progreso de la provincia.
En lo que respecta a la educación, uno de los pilares del Proyecto Misionerista, la estrategia apunta a garantizar la inclusión y la calidad educativa, con un fuerte enfoque en la mejora de la conectividad y el acceso a tecnología en zonas rurales.
En materia de salud, se destaca la importancia de continuar con el fortalecimiento del sistema de salud provincial -modelo nivel país-, incluyendo la mejora de la infraestructura hospitalaria y la incorporación de nuevo profesionales.
En lo que respecta al desarrollo social, se destinarán una significativa cantidad de recursos para programas que promuevan la mejora y ampliación de barrios y viviendas, playones deportivos, plazas, sendas peatonales, polideportivos, salones de usos múltiples, y un centro de equinoterapia, entre otros.
La seguridad ciudadana continuará estando al tope de la agenda, tras confirmarse que se destinarán recursos para mejorar los sistemas de seguridad pública, con un enfoque en la modernización de las fuerzas provinciales y la prevención del delito.
En cuanto a las obras públicas e infraestructura, está contemplada la ejecución de proyectos claves para la modernización de la infraestructura vial y el acceso a servicios básicos como agua potable y electricidad en zonas vulnerables.
Otros de los puntos destacados es lo que respecta al desarrollo productivo y sostenibilidad: el presupuesto apunta a priorizar políticas para impulsar la productividad agrícola y el desarrollo industrial, con un enfoque en la sostenibilidad ambiental.
De esta manera, el Presupuesto 2025 garantiza un equilibrio entre las demandas sociales y las capacidades financieras de la provincia. Los ejes prioritarios de este presupuesto permiten dilucidar cómo funciona el algoritmo del Cantón Verde y reflejan el compromiso del proyecto político de la Renovación con el desarrollo sostenible, la inclusión social y la mejora de la calidad de vida de cada misionero.
El clivaje orden/caos
No hay dudas de que transitamos un nuevo tiempo que nos obliga a detenernos, al menos por un momento, y razonar sobre los múltiples tsunamis que nos asaltan en forma de fake news. Entre todas las amenazas que pesan sobre las sociedades actuales, la desinformación se sitúa en un lugar preponderante. La artificialización de la realidad, la distorsiona y empuja a la ciudadanía a crear una falta percepción de las cosas que afecta de lleno a la democracia.
En los últimos años se han realizado muchos análisis sobre el extremismo y el odio en internet. Particularmente, han tenido una especial atención el alcance de las campañas y los grupos destinatarios de las mismas. Estas personas tienen algo en común: todas se ven en la necesidad de luchar con una crisis de identidad. En tal estado, todos son susceptibles a la radicalización. En estos grupos, la frustración individual se eleva a un nivel colectivo y se le ofrece una explicación. Tiene lugar un proceso de socialización al cual la radicalización y el adoctrinamiento ideológico están subordinados.
En algunos casos se reclutan persona que, según los estudios, tienen mentalidad conspirativa. Por otro lado, las teorías conspirativas también pueden transmitirse como un proceso sutilmente progresivo, que los académicos lo han denominado “redpilling”, donde el componente ideológico es agregado paso a paso.
Este “empujar” cada vez más los límites ocurre en Misiones concretamente con cada acción impulsada por cierto sector de la oposición que desde un tiempo a esta parte despliega una campaña sistemática de intoxicación mediática a través de las redes sociales con mentiras, medias verdades, acumulación de miedo, odio y revancha. Una situación poco feliz que va a contramano de la naturaleza del pueblo de Misiones que ha elegido vivir en paz, lejos los conflictos que caracterizan a otras sociedades.
Esta situación volvió a quedar en evidencia durante el tratamiento del presupuesto para el ejercicio 2025. La oposición, alejados de las demandas sociales y de la responsabilidad que implica haber sido honrados con el cargo de diputados, se ha destacado por no participar, no realizar aportes e incluso ausentarse de las reuniones de comisión. El corolario fue el voto en contra de la Ley de Presupuesto 2025 el pasado jueves, una herramienta clave que garantiza la gobernabilidad y aporte previsibilidad y certeza frente a una sociedad que demanda cada vez más responsabilidad de la clase dirigente.
Como nunca antes, se observa una oposición cada vez más lejos de la gente. Los hechos hablan por sí solos. A la gran crisis interna del radicalismo desatada por el veto a la ley de financiamiento universitario que terminó de ubicar al diputado nacional Martín Arjol y al diputado provincial Ariel “Pepe” Pianesi en veredas opuestas, se suma el comienzo de una sangría de dirigentes en las filas del PRO que, pareciera, lejos está de terminar.
La semana pasada, un tweet disparado desde el norte de la provincia generó un verdadero cimbronazo en el espacio que tiene sede en la calle Troazzi de la capital provincial. El dirigente de Puerto Iguazú Joaquín Barreto anunció su alejamiento del espacio político conducido por Mauricio Macri lanzando fuertes críticas. “He decidido cerrar mi ciclo en el espacio político PRO. Tengo la convicción de que la construcción y lo mejor para nuestra provincia requiere otra visión y un enfoque alejado de los mandatos nacionales y centralistas”, expresó en la red social X.
En diálogo con canal12misiones.com, Barreto fue contundente al señalar que “venía hace un tiempo pensando en salir del espacio. Entendía que no tenía el respaldo suficiente para afrontar el trabajo”.
A la salida de Barreto, se le sumó en las últimas horas la del ex titular del PAMI en Misiones, Rolando Rubleski. El odontólogo anunció su salida del PRO con fuertes críticas hacia la falta de proyecto dentro del espacio.
Consultado por Misiones Online fue tajante: “yo no estoy en un espacio político solo para pelear cargos”.
Lo cierto es que la realidad marca nítidamente el clivaje orden/caos, mientras la Renovación gestiona, actúa y prioriza las necesidades de la gente, desde la oposición todo es planteado como algo negativo. Sólo quieren destruir, no suman nada. Al contrario, en la antesala de un año electoral, comienza la fuga de dirigentes que huyen despavoridos por la frustración que les genera el hecho de no poder contar con la contención de una estructura que los apoye para impulsar acciones tendientes al bien común.
El autor Abogado. Diplomado en Manejo de Crisis y en Análisis de Procesos Electorales. Especializado en Comunicación de Gobierno y Electoral. Becario de la Fundación Konrad Adenauer (Alemania) y del Centro de Análisis y Entrenamiento Político (Colombia).