La producción y comercialización estará a cargo de la Biofábrica. Es la primera y única provincia dueña de una patente que competirá en un mercado dominado por las marcas privadas. Aunque primero se atenderá la demanda interna, Misiones podrá comercializar el producto con otras provincias. “Es soberanía biotecnológica”, define Luciana Imbrogno, gerente de la institución.
Cuando nació la Biofábrica, una de las metas era conseguir soberanía alimentaria con la multiplicación de los mejores plantines de la chacra misionera. En 2006, la apuesta era máxima. El país recién salía de una profunda crisis y pensar en investigación científica, para algunos era una frivolidad. La realidad es que la Biofábrica se convirtió en referencia para la producción sustentable y hoy exporta tecnología a otras provincias. Esta semana se marcó otro hito. Misiones consiguió la autorización del SENASA para la producción y comercialización de un biofertilizante producido por la Biofábrica. Es la primera y única provincia dueña de una patente que competirá en un mercado dominado por las marcas privadas. Aunque primero se atenderá la demanda interna, Misiones podrá comercializar el producto con otras provincias. “Es soberanía biotecnológica”, define Luciana Imbrogno, gerente de la Biofábrica.
El SENASA dio el visto bueno final para la comercialización de Bio Plus a escala y a nivel nacional. El biofertilizante de formulación sólida-granulado de aplicación al suelo, estimula el crecimiento promoviendo el desarrollo vegetal, (efecto conocido como PGPR), y es recomendado para Yerba Mate, Tabaco y cultivos hortícolas de raíz, hoja y fruto en almácigo y campo.
“No había en Misiones ni en ninguna otra provincia con un organismo provincial como Biofábrica. No había ningún producto de este tipo registrado en Misiones y desarrollado en la provincia, acá estamos muy contentos de que se pudo dar este paso, porque fueron muchos años de trabajo e investigación de los técnicos. Hubo también participación de técnicos cubanos. No solo se desarrolló, sino que cumple con todos los estándares de calidad, requisitos y exigencias que piden los organismos como el SENASA. Ese es un camino larguísimo de trámites en Buenos Aires, de expedientes, de notas que van y vienen, de respuestas y demostraciones. Demostración de lo que decís es verdad, que aumenta el rendimiento, que mejora la velocidad del crecimiento, que aumenta el desarrollo radicular, que mejora la sanidad de la planta, todo eso hay que demostrarlo. Y se demuestra con ensayos científicos”, explica Imbrogno en una entrevista con Open1017.
“Tenés que comprobar que tenés un buen producto, que es estable, ya que son organismos vivos. Este insumo fue desarrollado de cepas de un hongo que se llama Trichoderma (uno de los agentes que más se usan en los programas de control biológico como reguladores de hongos fitopatógenos) que está en el suelo. Pero no solo hay que aislarlo del suelo, hay que tener la capacidad de multiplicarlo y generar el producto, de formular un producto comercial que te dure un año. Porque si a la semana se murió, entonces no es un buen producto. Entonces que tenga estabilidad, durabilidad que tenga el efecto que uno dice que tiene, una vez que se cumple todos esos pasos, el SENASA te da el registro que te habilita a comercializar libremente y a producir todo lo que quieras”, detalló la funcionaria.
¿Técnicamente hoy podemos vender a todo el mercado argentino?
Sí, claro.
¿Y estamos en condiciones de poder producirlo en cantidad?
Sí, la planta biológica, o el laboratorio de bioinsumos como lo llamamos nosotros, hoy tiene una capacidad de producción de 18 toneladas. En principio, siempre se espera avanzar en Misiones, que se pueda entregar a los productores, que en realidad ya se venía entregando a los productores porque todas las plantas que salen de la biofábrica están inoculadas con esta cepa, entonces ya salen con este producto. Pero, ahora se puede hacer de manera masiva y se puede comercializar, antes no se vendía, se entregaba, se facilitaba y se daban capacitaciones. La semana pasada hicimos una charla con productores hortícolas y nos preguntaban cómo conseguían más, pero no teníamos el registro. Ahora que lo tenemos es mucho más fácil llegar a todos lados en Misiones y a todas las demás, pero primero vamos a llegar a la provincia.
¿Este hongo, el trichoderma, se encuentra fácilmente, se produce en esta tierra?
Es un hongo que está en los suelos, pero el sello distintivo es que este producto se formuló con productos autóctonos, con cepas de Misiones. Son cepas adaptadas al suelo y al clima. Hay productos comerciales con el mismo hongo. Si uno va a una agronomía, encontrará una botella que dice Trichoderma, pero son cepas de otro lugar, incluso a veces de otro país. Entonces por ahí uno lo aplica y a los dos días la cepa se murió, por el calor, o porque el suelo es muy ácido. No es lo mismo tener una cepa externa que multiplicar una cepa local. Porque si vos multiplicás una cepa local, la potenciás y la aplicás, esa cepa se desarrolla enseguida porque está acostumbrada al clima y al tipo de suelo. Esa es la ventaja comparativa de nuestro producto para usarlo en Misiones, es una cepa nativa. En realidad el producto tiene tres cepas que se seleccionaron. El laboratorio de bioinsumos tiene un cepario, se sacaron muestras de todos los suelos de la provincia y se pusieron a evaluar en rendimiento, no solo como biofertilizante, sino como biofungicida. Se las pone a competir contra hongos patógenos que atacan a los cultivos y estas tres son las mejores cepas, que son las que les ganan a los hongos patógenos, son las cepas que mejor respuesta en el rendimiento de las plantas tuvieron. Esas cepas son las que se pudieron multiplicar, hacer un granulado, o sea, que tenga un formato de producto para el campo y se pudo registrar. Todo ese trabajo tuvo un desarrollo tecnológico de muchos años. El laboratorio estuvo habilitado desde 2019 y no se podía explotar en su máxima expresión porque se estaba gestionando el registro, así que ahora estamos a pleno.
Es un paso muy grande para la soberanía tecnológica…
Sí. Producimos nuestro propio insumo para Misiones, con tecnología de acá, con profesionales de la provincia. Te lo digo y se me pone la piel de gallina porque estamos muy contentos, es increíble.
¿Esto puede ser un paso para que se sigan produciendo productos más amigables con el medio ambiente e ir erradicando aquellos productos que dañan el medioambiente?
Tenemos justo un montón de productos desarrollados, este es el primero que se registra. Pero tenemos un montón de bioinsecticidas, que se desarrollan a través de hongos entomopatógenos, que son hongos que parasitan insectos, que se llaman bioinsecticidas. Que también son hongos de aislamiento local, que se sacaron de suelos de acá y de insectos de acá de Misiones. Así que estos bioinsumos, estos bioinsecticidas reemplazan a los insecticidas de síntesis química, que son sumamente tóxicos. Están los insumos desarrollados a base del hongo Beauveria, a base del hongo Betarrisium, ahora estamos iniciando el camino para el registro de estos productos.
¿Cuándo estaría disponible eso? ¿Tarda un par de años, o cómo es el proceso?
Esperamos que no. De hecho, el lunes estuvimos en reunión con la directora del SENASA hablando sobre estos productos, donde necesitamos que se agilicen los procedimientos de autorización. Primero porque reemplazan a elementos tóxicos, segundo porque es una empresa de una provincia, no es privada que se hace millonaria. Esto es la soberanía de la tierra. Lo que queremos es primero la transición de elementos sustentables, este fue nuestro planteo al SENASA que agilicen el registro y prioricen este tipo de registros.
Mencionó la capacidad de producción y señaló que tienen capacidad para 18 toneladas, ¿eso es mucho, es poco para las chacras de Misiones?
Si logramos el objetivo de que todo el mundo lo use, siempre es poco, siempre se puede ampliar la capacidad de producción, siempre se puede agrandar, ojalá no demos abasto. Que todo el mundo empiece a utilizar este producto y que se reemplacen los productos químicos.
¿Sirve para yerba, tabaco, para todo?
Se registró para yerba, tabaco, todo tipo de hortalizas, de raíz, de hoja y de fruto. Que por ejemplo en las hortalizas es el consumo más crítico, porque uno va a la feria y compra el tomate y es el consumo directo, uno va a la feria se compra el tomate y se lo come ese día. Siempre es lo más crítico, que se come crudo, no hay un proceso, no pasa el tiempo, no es que uno dice que pasa el tiempo y se va diluyendo el agroquímico. En la horticultura es donde tenemos que tener productos inocuos para la salud y sin químicos, están registrados para esos productos, pero se puede usar para cualquier biocultivo, como fertilizante y biofungicida.
¿Cómo será la distribución, la cadena de producción?
Ahora nos ponemos a producir a full te diría. Siempre con la entrega de plantines va a el producto inoculado. En las bolsas tenemos que terminar de definir el embalaje final, el packaging final, para la distribución de la mejor forma posible. Siempre se ha distribuido en las escuelas agrícolas para las huertas, empezaremos creería yo que por horticultura con los tabacaleros. Pero hay que empezar a producir y distribuir. Tenemos un stock grande para empezar a distribuir
¿Lo vamos a poder encontrar en una agroveterinaria?
Ojalá, todavía no hay una articulación comercial, pero ojalá que sí.
¿Por qué lo venían trabajando en silencio?
El registro es tan difícil, que salir a decir algo y que pasen mil años hasta que llegue el registro queda como sabor a nada. Ahora están los resultados.