Por Cinthia Sandoval Arija – Politóloga/Maestranda en PPSS
La programación va más allá de ser simplemente un conjunto de habilidades para codificar. Proporciona herramientas y lógica que resultan fundamentales para abordar diversos desafíos. En este contexto, se vuelve esencial incorporar nuevos lenguajes a la nueva dinámica política que está emergiendo.
Enero ha sido un mes sumamente intenso, marcado por altas temperaturas que reflejan el impacto del cambio climático palpable en nuestra realidad. Paralelamente, la persistente inflación y el proyecto de “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” nos han mantenido en estado de constante alerta. En este escenario, hemos dedicado gran parte de nuestro tiempo al análisis continuo, ya que los únicos números que han permanecido más o menos estables son los registrados en grados Celsius.
A pesar de las tensiones que existen a nivel nacional, nuestra provincia ha mantenido un enfoque positivo al continuar con el desarrollo de actividades y programas de capacitación. Se han ofrecido oportunidades para aquellos que buscan ingresar al mundo de la programación, las herramientas tecnológicas y diversos oficios, contribuyendo a la formación individual como también fortaleciendo la posición competitiva de nuestra provincia en el panorama económico global. Además, la rápida acción del gobierno provincial al iniciar la campaña de vacunación contra el dengue refleja la importancia que se le otorga a la salud pública y la voluntad de abordar los desafíos de manera eficiente.
En relación con el proyecto de la “Ley de Bases y Punto de Partida para la Libertad de los Argentinos”, en su segunda edición recientemente presentada en el Congreso, y en defensa de los intereses de los productores misioneros, se ha logrado que se establezcan la eliminación de las retenciones para las economías regionales.
En pocas palabras, la variedad de temas tratados con urgencia y prioridad en los primeros días del año anticipa un 2024 lleno de dinamismo.
Quien les escribe, al igual que muchos misioneros y misioneras, se ha embarcado en la exploración del mundo de la programación para complementar su formación de base, en mi caso, centrada en la gestión de políticas públicas.
A través de Python, he descubierto que la programación va más allá de ser simplemente un conjunto de habilidades para codificar. Proporciona herramientas y lógica que resultan fundamentales para abordar diversos desafíos. En este contexto, se vuelve esencial incorporar nuevos lenguajes a la nueva dinámica política que está emergiendo.
La aplicación de herramientas como un linter, que detecta errores en los enunciados, y el uso de funciones como format (como el autopep8), que mejoran la consistencia y legibilidad del código, se vuelven prácticas necesarias. Estas herramientas no solo son aplicables al ámbito de la programación, sino que también se traducen en un enfoque más estructurado y eficiente para abordar cuestiones en el ámbito de las políticas públicas.