Las estudiantes Anabel Silva y Victoria Bóveda dialogan acerca de su trabajo, donde establecieron un espacio de calma en la Biblioteca para alumnos neurodivergentes durante la semana estudiantil. Además, enfatizan sobre las carencias y desafíos que enfrentan.
La iniciativa del “espacio de calma” abordó las necesidades de los estudiantes neurodivergentes durante los eventos escolares al crear un lugar tranquilo en la biblioteca, que es un espacio amplio y silencioso. Este espacio ofrecía actividades más calmadas como juegos de tutifruti, ajedrez y damas, que ayudan a pensar. De esta manera, los estudiantes que se sentían abrumados por el ruido y el bullicio de eventos como la “guerra de hinchadas” podían ir a este lugar para distraerse, disfrutar de la semana del estudiante y no sentirse agobiados.
Los estudiantes enfrentaron desafíos para encontrar escuelas secundarias inclusivas para personas autistas, ya que muchas escuelas los rechazaban. La razón percibida para el rechazo era que las escuelas afirmaban no tener “lugar” o los “profesionales correctos” para aceptarlos. Sin embargo, si se mencionaba que el estudiante era una persona con Asperger y de “alto rendimiento”, las escuelas cambiaban su postura y decían que sí tenían lugar.
Anabel Silva y Victoria Bóveda quieren transmitir que la verdadera inclusión es mucho más que simplemente aceptar; es transformar a través de las acciones. Su mensaje central es que la sociedad que desean construir comienza por reconocer que la diversidad debe ser abrazada, y que este proceso debería iniciarse en cada rincón de la provincia.
































































