Por Aníbal Blasco – Licenciado en Comercialización
El año cierra de mala manera en Misiones, la región y el país: el cuadro recesivo se profundiza; aumentan los costos, cae la demanda, aumenta el desempleo y se paraliza la actividad económica.
Más allá de los pases de magia efectuados por el titular del INDEC para evitar que Argentina ingrese técnicamente en recesión, la percepción social es otra. El efecto recesivo se siente en toda la geografía nacional, el mejor ejemplo ocurrido esta semana sucedió fuera de Misiones y la región.
La multinacional Mondelez, cuya planta está ubicada en Pacheco, Provincia de Buenos Aires, suspendió a 2.300 trabajadores hasta enero. Se cruzaron versiones entre la empresa y los trabajadores. Por un lado, señalan que es una “adecuación operativa” y que la medida estaba prevista. Pero, por el otro, los empleados dicen que fue sorpresiva y que se produjo por el sobrestock de mercadería por la caída del consumo. “No se vende ni una oreo”, comentaron irónicamente algunos trabajadores que fueron enviados a sus casas. Este caso es elocuente porque se trata de un mes de parálisis y de marcas emblema de la clase media argentina: galletitas oreo y pepitos, golosinas milka o terrabusi, cadbury, halls, beldent, cerealitas o clight.
Durante los últimos días, en la agenda económica, predominaron noticias e informaciones que expresan una nueva caída en el consumo masivo, un incremento en los precios de alimentos, una inminente suba de tarifas, un nuevo aumento en los combustibles combinado con caída en las ventas de los mismos, un mercado laboral que no absorbe a quienes pierden su empleo.
Otro caso que merece mención, dado que es una de las “soluciones” señaladas por el elenco gobernante y sus simpatizantes, es el de la economía de plataformas: Rappi, la empresa líder en el mercado de delivery, informó que en el último año casi que cuadriplicó la cantidad de repartidores que trabajan para la empresa. Este fenómeno provocó una gran oferta para una demanda en retroceso con el consecuente aumento en la cantidad de repartos que debe hacer una persona para ganar lo mismo que hace un año. Además, el promedio del ticket, según información oficial, descendió en término reales. El caso se repite en otras aplicaciones como Uber o Didi, en el plano del transporte.
Misiones ante la amenaza energética
Nación decidió de manera unilateral modificar los subsidios a la energía eléctrica y el gas a partir del mes próximo. Con el nuevo esquema, con un tope de subsidios que bajan de 400 kWh a 150 kWh, se anticipan facturas de luz impagables en toda la provincia. La nueva modalidad de subsidios deja solamente dos categorías, con y sin subsidios, eliminando la segmentación tarifaria N1, N2, N3. El nuevo modelo unifica los subsidios en una bonificación del 50 %, pero limitada a un consumo básico de apenas 150 kWh mensuales. Quienes superen ese umbral pasarán automáticamente a pagar tarifa plena. En Misiones, ese nivel de consumo resulta prácticamente imposible de sostener debido al clima cálido, que obliga a un mayor uso de ventiladores y aires acondicionados durante gran parte del año.
Una de las “perlitas” de este nuevo esquema y que denota que se planificó desde una oficina con aire acondicionado de la capital federal, al igual que la desregulación del INYM, es que los meses de marzo, abril y mayo, históricamente calurosos en la provincia, fueron catalogados por Nación como “templados”, por lo que quedarían mayormente fuera de los períodos que habilitan subsidios adicionales. Asimismo, el mes de noviembre también es catalogado como “templado”.
El kWh por encima del bloque subsidiado costará 171,99 pesos en tarifa plena, frente a los 79,45 pesos del valor bonificado. Este aumento redundará en el incremento de otros costos, como el del agua potable, cuyo proceso de bombeo y potabilización depende fuertemente del consumo eléctrico.
La preocupación es tangible en hogares, comercios e industrias, dado que a los magros ingresos ciudadanos, la fuerte baja de la actividad comercial y unas economías regionales en crisis, ahora se suma un aumento en la energía eléctrica que puede ser un golpe de nocaut.
El clima social está lejos de ser festivo, la morosidad creciente en el pago de servicios, de tarjetas de crédito y alquileres, por ejemplo, es una espada de Damocles que amenaza a los misioneros. La crisis no discrimina sectores: todas las economías regionales, con la yerba mate a la cabeza, el comercio, la construcción que no termina de repuntar.
Una nueva etapa que exige definiciones
El próximo 10 de diciembre es mucho más que simples actos protocolares, tanto a nivel provincial como nacional. Esta nueva etapa que se abre exige compromisos, trabajo conjunto y responsabilidad para solucionar problemas y llevar alivios a una población muy golpeada durante estos dos últimos años.
Esta semana ofreció un fuerte contraste entre el equipo económico liderado por Luis Caputo, que festejó eufóricamente la colocación de bonos de deuda en dólares, y el presidente Milei, quien celebró el cierre de comercios e industrias si ello redunda en un menor precio de un bien para el consumidor, con las acciones del gobierno de Misiones.
A las medidas ya conocidas, como los beneficios impositivos, programas de alivio para familias y pymes, incentivos al consumo, medidas de transparencia, reducción del gasto y un Estado más ágil y eficiente, se sumó esta semana un evento exitoso como “Posadas Mágica”, un espaldarazo al comercio en tiempos difíciles.
La provincia busca un equilibrio difícil de sostener: aliviar al contribuyente sin descuidar la inversión pública que sostiene el desarrollo.
Esta nueva etapa demanda negociar con Nación sobre deudas históricas y recientes, además de mantener los principios rectores que hace más de dos décadas mantiene el gobierno provincial: planificación, estabilidad, cercanía y coherencia.


































































