El músico misionero presenta su disco número 16 el próximo domingo 21 de diciembre en Media Club. En esta entrevista se refiere, además, a su carrera, su compromiso con el resguardo con el material de archivo y los desafíos de la era digital.
Dueño de una dilatada y diversa carrera con la música, Osvaldo De La Fuente continúa su camino artístico, lo que lo llevó a publicar su decimosexto trabajo llamado “Bitácora”, que consta de 12 canciones y ya se encuentra disponible en todas las plataformas.
El disco será presentado el próximo domingo 21 de diciembre en Media Club -Entre Ríos 1237- con varios músicos invitados. Además del flamante álbum, De La Fuente abordó distintos temas como la memoria colectiva con su trabajo de conservación de archivo, la “dictadura” de las plataformas, la tecnología en el proceso compositivo, su relación con su hijo músico también, sus actividades durante el año y lo que viene.
La dictadura algorítmica
Osvaldo De La Fuente observa que las plataformas como Spotify representan una “nueva dictadura” en la industria musical, aunque también reconoce que son los “nuevos modos de consumo”. Identifica un problema significativo en las bajas regalías que estas plataformas ofrecen a los artistas, señalando que solo un 1% de los artistas pueden vivir de ellas. Esta situación no es exclusiva de Misiones, sino que es un problema a nivel mundial y en Argentina, llevando incluso a artistas de renombre a retirarse de Spotify. A pesar de las dificultades, considera que estas plataformas, de alguna manera, “inclina la cancha” a favor de los artistas al hacer que su música esté disponible para todo el mundo.
La conservación del patrimonio cultural misionero
El músico considera que preservar la historia y la música cultural local es de gran importancia. Se siente parte de un legado y con la responsabilidad de valorar y apreciar el “tesoro” que representa la herencia cultural. Él y otros se esfuerzan por resguardar lo que sucede en su región porque se sienten parte de esa herencia y les apena cuando algunas cosas caen en el olvido.
De La Fuente ha dedicado tiempo a recopilar material, como grabaciones en CD, celulares o videocassettes, y a digitalizarlo o masterizarlo. Incluso tuvo la idea de crear una radio de música local, lo que le permitió acumular mucho material inédito de artistas del interior. Valora los registros históricos, estas historias de personas que caminaron por las mismas calles que nosotros son un tesoro.
Aunque reconoce que el esfuerzo individual no siempre es suficiente, destaca la labor de personas como él y otros “locos lindos” que, sin recursos económicos, se dedican a preservar la memoria histórica de un pueblo y una sociedad. Considera fundamental entender la importancia de la historia y la cultura para preservarlas.
La relación con la tecnología
El autor de “Fe de erratas” ha transitado un largo camino dentro de la música, presenciando distintos cambios en materia tecnológica. Afirma que se ha “amigado” con la tecnología, pero no la utiliza en su proceso creativo porque no lo “conduce a donde quiere”. Explica que cuando prueba herramientas de IA, estas arrojan resultados “aleatorios” y “muy fortuitos”. De La Fuente prefiere tener una idea clara de su música en la cabeza antes de sentarse a grabarla, tocando el bajo y haciendo la producción. En contraste, con la IA, uno le da “prompts” u órdenes, y esta “tira algo que se parece” y hay que corregirlo, lo cual considera un proceso diferente al que utiliza.
Sin embargo, también es consciente de que la IA ya es parte del consumo de la gente, y que hay artistas generados por IA que tienen muchas más reproducciones que él, a pesar de llevar 40 años tocando.
Finalmente, De La Fuente reflexiona que este fenómeno no es exclusivo de la música, sino que ocurre en la escritura y en otros campos. A pesar de los desafíos, se preocupa por el futuro y el mundo que le quedará a las nuevas generaciones y se pregunta si la inteligencia artificial podría ayudar a que el mundo sea “un poquito más equitativo”, “más transparente” y a que la humanidad se dé cuenta de lo “hermoso que es el ser humano” y del “hermoso planeta que tenemos”.



































































