La Universidad Católica de Misiones comienza a desplegar una batería de ofertas educativas relacionadas a la formación para el empleo y la vida independiente de las personas con algún tipo de discapacidad. Es la primera Universidad del NEA que aborda la problemática de manera efectiva.
Cecilia Gómez es Licenciada en Psicología, docente de la Universidad Católica de Misiones -UCAMI- y responsable de “aulas creadoras de oportunidades”. La docente pasó por Sala Cinco junto a su colega Verónica Ibarra, que se desempeña en la misma Casa de Estudios y es Licenciada en Terapia Ocupacional, para referirse a distintas ofertas educativas que de manera inédita lanza la Universidad en materia de inclusión.
Ambas son parte de CADIN, que es el Centro de Accesibilidad, Discapacidad y Neurodiversidad que funciona desde 2024 en la UCAMI y “a partir de esta creación empezamos a pensar en distintas formaciones relacionadas a temáticas de discapacidad. Algunas formaciones son específicas para personas con discapacidad intelectual y otras son formaciones abiertas a docentes, profesionales o al público en general que quiera capacitarse en estas temáticas”, señala Ibarra. Este viernes inició un curso de introducción a la vida universitaria, que lleva por título “convivencia y oportunidades” y es un curso destinado a jóvenes con discapacidad intelectual mayores de 17 años. El objetivo del mismo es “empezar a preparar a estos jóvenes que tienen ganas de estudiar en la universidad, que tienen ganas de trabajar y de ser independientes”, detalla la docente.
El paso de la inclusión a la convivencia
Cecilia Gómez, por su parte, afirma que desde su trabajo en la parte clínica registraban que “muchas veces preparábamos a nuestros pacientes, a nuestros alumnos para la vida y realmente después de terminar la primaria, la secundaria, están preparados, pero no hay oportunidades, por lo que hay que pensar que necesitamos flexibilidad y entender que todos nos enriquecemos con nuestras diferencias”.
Esta, señala la profesional, es la primera oferta en el NEA en educación superior sobre la educación inclusiva y la convivencia social. El diseño de estas propuestas, indican ambas docentes, proviene de la formación personal a cargo de docentes de la UCA -Universidad Católica Argentina-, tanto para lo que es la perspectiva del empleo, como en otros cursos que se han lanzado recientemente.
“En el curso que estamos realizando actualmente, son clases que tienen muchos apoyos visuales. Muchos de los alumnos por ahí no tienen lectoescritura, pero sí tienen un montón de otras fortalezas, tienen ganas de aprender y tienen ganas de trabajar. Entonces, nosotros lo que queremos es eh poder brindarles las herramientas con los apoyos que cada uno necesita”, amplía Ibarra.
La importancia de la problemática en cuestión, puntualiza Gómez, no es “solamente preparar a las personas, a los adultos con discapacidad, con los apoyos que requieran, sino también al entorno”.
Además, agrega, que estarán dictando la propuesta “Aulas creadoras de oportunidades, herramientas y estrategias para una educación inclusiva” en la ciudad de Apóstoles, así como dos módulos más de manera virtual. La demanda es muy alta, señala y explica que es algo lógico dado que en lo relativo al TEA -trastorno de espectro autista- la prevalencia es de 1 cada 36 personas que pueden estar dentro del mismo, “entonces es probable que una docente tenga un alumno dentro del espectro o con algún desafío en el desarrollo y muchas veces vemos que quizás en las formaciones de profesorado o académicos no están preparados, digamos, para este desafío que ocurre”.
Otro aspecto importante, apunta Ibarra, en el plano de la convivencia es la formación integral del entorno, “por ejemplo, el señor que atiende la cantina, qué apoyos puede brindarle, a la parte de pago. Tenemos que ver cada sector de la facultad para que realmente sea una convivencia y todos sepan también qué es lo que necesita cuando por ahí una persona que tiene un desafío para comunicarse, hay que trabajar con todos los actores involucrados. Que el objetivo no esté puesto solamente en la persona con discapacidad, sino en nosotros como entorno”.
“De eso se trata, el mundo, la sociedad, es neurodiversa, todos tenemos nuestras características individuales que hacen a la riqueza, existe un cambio de paradigma porque antes esto no pasaba en la educación superior”, sentencia la Licenciada Gómez