Por Karen Fiege
Mañana se llevará a cabo la ceremonia de investidura en la que tomarán posesión del cargo de presidente y vicepresidenta de los Estados Unidos Joe Biden y Kamala Harris. El acto se realizará sin desfiles, con un número reducido de invitados y bajo estrictas medidas de seguridad por las amenazas de violencia y el riesgo de la pandemia.
Joe Biden asume la presidencia de la democracia ininterrumpida más larga del continente americano. Lo hace en medio de la tensión extrema que se vive en los Estados Unidos luego del ataque al Capitolio el 6 de enero, propiciado por grupos de extrema derecha, seguidores de Donald Trump.
El 46º presidente llega al Ala Oeste de la Casa Blanca con la esperanza de construir otro tipo de proyecto político. Un país que decide por gran parte del globo terráqueo sobre los destinos del ambiente debido a su impacto industrial, su incidencia en el espectro geopolítico como miembro de los más importantes tratados internacionales y como una de las economías más fuertes del mundo no pueden ser ajenas a nuestras realidades las decisiones que tome.
El sucesor demócrata de Barack Obama es, sin lugar a dudas, un estadista con proyección política: la vuelta de Estados Unidos al Acuerdo de París, luego de su retirada el 4 noviembre de 2020 por decisión del magnate neoyorkino, avizora un horizonte distinto en lo que a Ambiente se refiere. Debemos señalar que EE.UU. es el responsable de casi el 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, por ello, la decisión de Biden no significa solamente el inicio de la solución al Cambio Climático, también establece los parámetros de confianza sobre el Acuerdo firmado en 2015. Esto incide no solamente en la acción por el cuidado del Ambiente, sino también en el crecimiento de relaciones multilaterales que impacten de manera positiva en la geopolítica.
Otro de los grandes momentos que se esperan del inicio del mandato de Joe Biden es la abolición a la prohibición de visas a ciudadanos que profesen el Islam. El proyecto es firmar decretos que vuelvan atrás sobre las decisiones del polémico ex presidente. Dentro de los argumentos establece que “los musulmanes estadounidenses son esenciales en la fibra para garantizar que sean enaltecidos y empoderados”. La comunidad musulmana ha sido históricamente perseguida por los supremacistas blancos del territorio norteamericano y, así, Donald Trump falló a la primera enmienda de la Constitución, la que establece la libertad religiosa.
En este sentido, POTUS 46 comienza a marcar el camino con el horizonte en un Estados Unidos un poco más equitativo en términos de Derechos Humanos, de protección del Ambiente y de una enorme mejoría en el desarrollo de las relaciones diplomáticas. Sobre todo con nuestra región.
Esto impacta en nuestra confianza como jóvenes en un mundo que comienza a ser un lugar mejor: la convivencia con la naturaleza está intrínsecamente relacionada al respeto por el Ser Humano, sea cual sea su religión, su etnia y su nacionalidad.
La autora es Subsecretaria de Cambio Climático, Periodista y Abogada.