Por Karen Fiege – Diputada Provincial – Vicepresidente 1era del Bloque Frente Renovador
El domingo pasado se desarrolló uno de los actos más importantes de nuestra democracia: la asunción de autoridades elegidas por el pueblo a través del voto.
Luego de la jura de los veinte diputados electos el pasado 7 de mayo, elección en donde el pueblo misionero expresó con nitidez el apoyo al modelo misionerista impulsado por la Renovación Neo, los cuarenta diputados que formamos parte de la Cámara de Representantes procedimos a elegir las autoridades.
En una reprochable muestra de actitud antidemocrática y desconociendo el resultado contundente en donde más del 70% de los misioneros optó por el Frente Renovador de la Concordia, el interbloque conformado por los partidos de la Alianza Cambiemos intentó imponer el presidente de la Cámara, desoyendo el mensaje de las urnas y desestimando la línea sucesoria de gobierno.
Ese comportamiento, ajeno a los valores y principios que nos inculcó el sistema democrático en estos 40 años, deja al descubierto la esencia de un sector de la oposición en nuestra provincia; denota sus propias traiciones, sus propios odios y los desencuentros que se viven dentro de su espacio, desencuentro que los llevó a perder tres elecciones a lo largo de este año. La alianza vive atrapada en sus peleas internas, en sus disputas interminables por la incapacidad de acceder al poder. Se traicionan entre ellos e intentan esparcir a todos los ámbitos ese comportamiento con el objetivo de instalarlo como algo normal. Son las consecuencias del rencor y la impotencia que se incrementa derrota tras derrota.
Hace rato se olvidaron de las preocupaciones de la ciudadanía misionera, actúan como una corporación que sólo busca proteger sus privilegios y responder a los mandatos partidarios de Buenos Aires, aunque vayan en contra de los intereses y las necesidades de los misioneros.
Quienes somos hijos de la democracia, asistimos con gran decepción a ese deleznable acto que intentó romper la regla primordial de la democracia al proponer un candidato propio en la línea de sucesión cuando el pueblo misionero no los votó. Las urnas los puso en el rol de opositores, algo que tampoco entienden toda vez que recurren a la crítica permanente sin argumentos válidos, distorsionando la realidad y creyendo que viven en campaña permanente. El pueblo misionero ya eligió: en mayo no llegaron ni al 25% de apoyo popular y en las PASO de agosto, quien se postuló para presidir la Cámara de Representantes perdió la interna en su propio frente alcanzando apenas 40.000 votos en toda la provincia. El pueblo no se equivoca, condena a los políticos arribistas.
Nuestro conductor, en un gesto de amplitud política, de respeto a los valores democráticos y de justicia, propuso como vice presidente segunda a quien ganó ampliamente la interna dentro de su espacio, duplicando la cantidad de votos en relación a su adversario, me refiero a la diputada Analía Labandoscka, una mujer del interior de la provincia que no estaba en el radar de los socios de Juntos por el Cambio porque los cargos siempre se reparten en quienes se creen dueños de los partidos.