A raíz del exitoso remate ganadero llevado a cabo el sábado pasado en Montecarlo, el titular de Ganadera El Porvenir, Diego Carmona, conversó con Sala Cinco sobre distintos temas: las políticas públicas que permitieron ese resultado, el papel que tiene la empresa con participación estatal que conduce y la particularidad que tiene para el sector ganadero estar en una provincia con amplia frontera internacional.
Juan Diego Carmona es Licenciado en Economía, docente universitario, consultor económico y desde el año pasado preside la empresa Ganadera El Porvenir. El tercer remate ganadero, efectuado el fin de semana pasado, volvió a poner en el foco al mencionado sector, su actividad económica y las políticas públicas desarrolladas -previas y actuales-. En exclusiva para este medio, Carmona profundiza acerca de los cambios recientes y no tanto en cuanto a la política ganadera, el rol que cumple la empresa que preside y las peculiaridades que conlleva el comercio transfronterizo.
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El proceso ganadero misionero, aún en fase inicial, mostró una de sus caras exitosas en el último remate de animales realizado el fin de semana en Montecarlo ¿Qué cambios hubo en los últimos años para poder lograr este resultado?
La verdad que fue todo un éxito el remate que hubo este fin de semana, con muchas cabezas de ganado y con muy buenos precios, muy buena hacienda, etc. ¿Qué cambios hubo en los últimos años? Marcaría tres hitos: uno de los últimos años y otros dos previos.
El Estado viene trabajando con el sector ganadero hace mucho tiempo, somos un país ganadero, entre otras cosas. Desde hace rato, 30 o 40 años, los Programas iban en la lógica de mejorar la calidad genética del bovino, aunque no solamente que sea una carne más blandita o más rica, sino incrementar la calidad en términos de productividad; que por el porcentaje de alimento que consume el animal genere un muy buen rinde en la conversión, que genere buena cantidad de carne.
El otro hito es el corrimiento de la brecha, del límite agrícola, habilitando que haya una oferta de alimentos que se utilizan para la producción de carne, como pueden ser el maíz y la soja, que permitieron que exista en las provincias del norte, entre ellas Misiones, un alimento más barato. Entonces, estas provincias comenzaron a suplementar a su ganado, lo que derivó en una mayor productividad y generó otro eslabón en la cadena: el engorde de corral o feedlot.
Y, por último, creo que la provincia de Misiones hace un tiempo, pero con mayor presencia en este último año y en algunos años previos, viene laburando bastante fuerte en la cadena ganadera, intentando, aprovechando un poco la coyuntura en la cual está el sector en las provincias del norte, beneficiándose de la mejora genética ya lograda en años previos, y ahora quiere capitalizar ese trabajo.
Nosotros somos una provincia que consumimos muchas más carnes que las que producimos, entonces ahí tenemos un enorme potencial en poder cambiar esta composición, al mismo tiempo esta posibilidad brinda a los productores que, en su diversificación productiva -Misiones se caracteriza por eso-, puedan tener al ganado con una incidencia bastante importante: en lugar de tener 10 cabezas, que el año que viene tengan 12, en vez de 20, tengan 25 y así sucesivamente, para poder ir incrementando el stock bovino en la provincia.
Se han aplicado distintos Programas para que eso suceda, el PRODEAR, el PRODERNEA, creo que ahora recién se están viendo los resultados. Y me parece una parte muy importante que lo que se está haciendo en la ganadería actualmente desde la política pública es valorizar el producto final; lo cual es un cambio paradigmático en el siguiente sentido: siempre se trabajaba desde el Estado y desde el Estado provincial en particular en cambiar el proceso productivo, en ayudarlo al colono, al productor, inclusive a veces incorporándole alguna otra plantación diferente. Y siempre quedaba el problema en la última pata, que era la pata comercial.
Somos una provincia sumamente laburante y el productor es muy bueno en lo que hace, productivamente es muy bueno. Pero comercialmente, por ahí, no tiene los conocimientos que el mercado exige para poder valorizar realmente el producto final. Por lo tanto, teníamos muy buenas producciones que no se veían reflejadas en el precio en el mercado y así la política pública quedaba en la nada.
Y ahora me parece que lo que se ha hecho ha revertido esto, gracias a muchas pequeñas acciones que conjuntamente fueron claves, entre ellas la aparición de El Porvenir.
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Precisamente, El Porvenir tiene un año de existencia ¿Qué rol tuvo hasta el momento? ¿Cómo evaluás su participación en el proceso general ganadero?
Me parece que la aparición de El Porvenir en el sentido que te venía contando regula hacia el interior de la cadena: regula el precio, que quiere decir que, desde esta última parte comercial, que es la que se suele llevar siempre los réditos, se termina volcando esa rentabilidad hacia el primer eslabón, que es el de la cría, o el eslabón de la recría, el escalón hasta dónde llega el productor misionero. Porque lo tiene un año, un año y medio aproximadamente, dándole de comer y después ya no los puede aguantar más en sus campos porque no tiene más pasto. El bovino exige más y el campo que tienen no les da. Y tampoco tienen la escala como para estar dándole alimento en encierre a corral.
Es ahí que la aparición de El Porvenir es vital porque rehabilita a que, en la cadena, en los eslabones, no haya una diferencia de rentabilidad muy grande entre los mismos; permite que el primer eslabón, que es el que mantiene, tenga unos puntitos más de rentabilidad que sin la presencia de El Porvenir no los tendría. Y, al mismo tiempo, no solo eso, sino que también lo que logra hacer es retener una enorme cantidad de stock bovino que antes, desde Misiones se iban para afuera, se iban a otras provincias: Chaco, Entre Ríos. Iban, engordaban allá y volvían convertidos en carne.
Ahora se retiene eso, nosotros generamos alimento adentro, traemos algún alimento que no tenemos acá y dejamos retenido ese stock. Nosotros le damos el valor agregado en la provincia de lo que es la conversión a carne, estamos valorizando ese proceso productivo que básicamente es industria.
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El contexto particular que tiene Misiones, con una extensa frontera internacional ¿Cómo incide en la actividad ganadera?
Quiero empezar a contestar esta pregunta por otra cuestión peculiar que se entrelaza con tu inquietud: la diferencia entre los tipos de cambio genera una enorme cantidad de incentivos y desincentivos. Todo lo que sea diferencial de precios, no importa su forma, genera incentivos y desincentivos. En este caso, nosotros, como provincia que tenemos el 90% de frontera internacional, poseemos muchos incentivos para comerciar con el exterior, más que otros.
Por una cuestión de logística, por una cuestión de fletes, eso nos lleva a que actualmente, como hay un enorme diferencial de tipo de cambio, el ciudadano brasilero, principalmente, con muy poco puede comprar una carne muy buena. Lo que deriva en que muchos brasileros se comporten como un jugador interno que presiona en el sentido de elevar el precio. Y como sube el precio, eso se vuelca de nuevo hacia los productores. O sea, levanta el precio, no solamente está El Porvenir que de entrada elevó el precio a los productores, al insumo, sino que ahora también tenemos ese afluente que viene de Brasil.
Es importante mencionar que este mecanismo, influyente en los precios, es ilegal. Pero, no porque no sea legal no tenemos que hablar de ello y no porque no sea legal, no quiere decir que no exista como efecto, así que esa también es otra particularidad que creo que en este remate se notó un poco. Si esta situación se hubiera producido años atrás, 2 o 3 años antes, Misiones no estaba con la capacidad siquiera de llegar a la mitad de lo que se logró este fin de semana en Montecarlo. No porque exista el efecto del diferencial del tipo de cambio nosotros tenemos que decir “ah, bueno, si porque el viento de cola…”, No, no, hay muchísimo trabajo desde la política publica que realmente posibilita que exista este presente.