Por Germán Galarza
En una contienda nacional que llegó a la instancia de balotaje, Javier Milei se impuso como el nuevo Presidente de los argentinos y la sociedad comienza a reclamarle soluciones ante una inflación que agobia.
Los argentinos fueron a las urnas para elegir a su próximo presidente, como en todo el país, los misioneros eligieron su representante resultando victoriosa la fuerza que encabezaba el candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei.
Los motivos de los resultados de la elección son varios y podrían atribuirse al desgaste de la actual gestión del presidente Alberto Fernández, la inacción y la inflación, que en el último período de tiempo ha alcanzado niveles muy elevados.
Esto último fue lo que más movilizó a la población que votó a Milei. El deseo de un cambio urgente en la economía, cambio que no permitirá festejos, ni 100 días de primavera, ya que la sociedad espera que las respuestas comiencen de inmediato. Inclusive, antes de fin de año, ya que la paciencia –por estos tiempos– es inexistente y eso fue lo que demostraron en las urnas.
Durante la campaña, el actual ministro de Economía y ex candidato presidencial de Unión por La Patria, Sergio Massa confeccionó una serie de propuestas que a las claras iban a beneficiar a todos los sectores; sin embargo, la sociedad demostró no tener la suficiente tolerancia para esperar a que eso suceda.
De este modo, el presidente electo iniciará su recorrido casi con la soga al cuello y con la obligación de brindar soluciones inmediatas que traigan consigo cambios visibles y palpables en los bolsillos de la sociedad. De lo contrario, será considerado como uno más de los que prometen (y mienten) en campaña, pero durante la gestión no cumplen.
Como si todo esto fuera poco, en el último tramo de la campaña y sobre todo en el triunfo, parte de la casta se tomó atribuciones de ello. Mauricio Macri y todo lo que representa el ex presidente y su séquito de seguidores se sumaron a las filas liberales con el objetivo de ocupar espacios claves dentro del gobierno.
Macri –que oficia de nuevo asesor político– carga con el peso de ser el principal responsable del endeudamiento del país, de la fuga de capitales, la escasez de dólares (que genera inflación) y los problemas en la economía por la obligación de pagarle al FMI. Junto a él, durante los festejos también se pudo ver a los dirigentes locales de Juntos por el Cambio salir a festejar un triunfo que no es de ellos, ya que ellos fueron los principales perdedores en las generales y quedaron afuera de la carrera presidencial y balotaje.
A pesar de la derrota, ahora se suman al carro triunfal aunque no son bienvenidos, son rechazados. Los verdaderos libertarios, que estuvieron desde el primer minuto no quieren a los arribistas, ni oportunistas que se suben en el último minuto.
Los dirigentes de Misiones que se visten de libertarios no tienen votos. Esto quedó demostrado en las elecciones provinciales de mayo cuando salieron últimos. La sociedad misionera votó a un presidente, pero los representantes locales de ese presidente no lo representan.
En ese sentido existe una diferenciación muy marcada: a nivel provincial, la sociedad eligió a la renovación para gobernar y a nivel nacional eligió a Milei. No eligió a Juntos por el Cambio, eligió a Milei.
Esta última elección fue nacional, no provincial y los ciudadanos tuvieron que elegir entre Milei y Massa para que uno de ellos a partir del 10 de diciembre ocupe el sillón de Rivadavia.