El padre de uno de los adolescentes fallecidos en el trágico accidente vial sucedido en la Costanera de Posadas brindó una extensa entrevista donde se refiere al día del fatal suceso, lo que aconteció inmediatamente después, el estado de la causa judicial, sus dudas sobre cómo y por qué sucedió el hecho y la pérdida irreparable de su hijo Juan Cruz.
Aproximadamente a las 14:30hs del jueves 11 de abril un Peugeot 207 en el que iban cinco adolescentes se despistó al ingresar a una rotonda de la Costanera impactando contra un camión estacionado y terminó sobre la vereda del carril contrario. Los jóvenes, alumnos del Instituto Santa María, se dirigían a una clase de educación física cuando ocurrió el trágico acontecimiento. Ellos eran Tomas M. (17), Damián Jalil C. (17), Luca Ceballos (17), Juan Cruz Martínez (17) Y Máximo F. (16).
Lamentablemente, tanto Luca como Juan Cruz perdieron la vida luego de días de internación y sucesivas operaciones. Ambas familias decidieron donar los órganos de sus hijos.
Esta semana, a poco más de un mes del accidente, Jorge Martínez, padre de Juan Cruz, mantuvo una extensa entrevista con este medio. En la misma, Martínez se refirió al día del fatal suceso, lo que aconteció inmediatamente después, el estado de la causa judicial, sus dudas sobre cómo y por qué sucedió el hecho y la pérdida irreparable de su hijo.
“A mí ya nada me va a devolver mi hijo, simplemente yo quiero que esto sea un antes y un despues, no quiero que sea algo cíclico, que tenga que volver a pasar otra tragedia como esta para que la gente tenga que tomar conciencia. Tener responsabilidad nosotros como adultos en darle un auto a los chicos y los chicos también, por ahí escucho mucho ‘pero son chicos’, si pero es un chico que ya tiene que empezar a ser responsable”, reflexionó Martínez antes de esbozar un pedido a la comunidad: “Voy a pedir a esa gente que escuchó que los chicos pedían que pare el auto o que frene, si esa gente se puede acercar a la fiscalía a dar ese testimonio es importantísimo porque no deja de ser algo totalmente trascendente de que si un chico está pidiendo que pare y el otro sigue acelerando, tenemos que ser conscientes que todas las acciones tienen sus consecuencias”.
El padre de Juan Cruz, en otro tramo de la conversación, estableció su postura sobre lo sucedido: “No pido revancha, venganza, no tengo odio contra el chico y la familia, sino que yo creo que acá hubo negligencia, todos sabemos que la costanera tiene una velocidad permitida, que lastimosamente, no sé por qué una vez se descompuso el tótem que tenemos ahí frente a la Policía que marcaba la velocidad y tenía el radar y hoy ya no respeta nadie esa velocidad o somos pocos los que respetamos, que ahí claramente marcaba antes que era 30 km la velocidad máxima. La gente que maneja hace mucho sabe y yo después vi las fotos, ese auto iba a más de 100km por hora, el auto se destruyó de una forma increíble, el golpazo que se llevó Luca y Juan Cruz fue una cosa devastadora”, analizó.
Luego, Martínez analizó el futuro inmediato en lo que respecta a este tipo de accidentes: “Estas cosas no pueden volver a pasar, yo estoy abocado que el mensaje llegue a los chicos, llegue a los padres, por suerte, primero me causó mucha tristeza, pero despues fue una sensación de gratitud cuando leí que empezaron nuevamente con las campañas de educación vial en los colegios, que eso no se estaba dando, vi que, en el Colegio San Basilio, en el Colegio Roque González empezaron a ir. Me parece importante para los chicos, especialmente los que están por sacar el carnet de conducir, Juan Cruz iba a sacar su carnet en un mes, lo hablábamos todos los días cuando lo llevaba al colegio, la mañana del accidente fue la última vez”.
En el mismo sentido, se hizo eco de un reclamo que está presente hace tiempo en la comunidad educativa: “Tal vez las autoridades de los colegios deberían rever el tema de los horarios porque son inhumanos en el colegio secundario, tengo una compañera que su hijo va a uno de los colegios industriales y a veces los chicos quedan boyando en la calle porque tienen dos horas para almorzar, para cambiarse y un chico que vive en itaembé Guazú no llega. Entonces los chicos quedan boyando, yo creo que hay una serie de cosas que tienen que ir cambiando en base a la educación, en base a los horarios, si vos como director de colegio, si vas a poner educación física a dos horas de la salida tenés que tener un colegio preparado que tenga, no te digo un comedor, pero por lo menos un lugar donde los chicos se queden. Se que de trasfondo hay un tema del seguro, de la ART, no sé qué, la mar en coche, pero los chicos no pueden quedar al libre albedrío, afuera en la calle sin volver a sus casas, sin comer algo”.
Acerca de los hechos de forma cronológica, Jorge Martínez recordó que “Juan Cruz me dijo que salía del colegio y se iba a ir a almorzar a un supermercado ahí cerca con Luca y me dijo que de ahí se iban en Uber a educación física porque no le daban los tiempos, la mamá estaba de viaje, yo estaba trabajando, entonces le di dinero para el almuerzo y para el Uber y de ahí no hablamos más, el último mensaje que tuve de él fue a las 13hs que me dijo que un amigo de él me había visto comprando comida, le pregunté quién era, donde fue y ya no me contestó más. Yo de ahí me fui a trabajar porque trabajo en un gimnasio, entro a las 14hs, que justo es la hora que ellos tienen educación física y bueno, cerca de las cuatro de la tarde me vienen a buscar y me enteró que él tuvo un accidente”.
El momento del accidente
“Yo pensando, mirando la hora, digo ‘bueno educación física, se lastimó, no sé, cayó, un brazo, una pierna’, pero cuando me dijeron ‘apurate que es grave’, ahí ya pensé lo peor. Yo llegué casi a las 4 de la tarde a Emergencias del Hospital, ya me encontré con mi hijo intubado, inconsciente, ya estaba sedado, hasta donde tengo entendido él llega a Emergencias sin signos vitales, igual que Luca, los tuvieron que reanimar ahí, después, reconstruyendo un poco las cosas sé que Juan Cruz y Luca bajan hasta la casa de Máximo, que su padre vive en departamento por la Costanera, cerca de lo que era Avá y a Máximo lo buscaba este chico Tomás, que son amigos”, rememora de esta manera el padre de Juan Cruz el momento en que se enteró que su hijo había sufrido un grave accidente.
“Justo da la coincidencia que estaban Luca y Juan Cruz, ahí no sé cómo se dará la charla para irse juntos, hasta donde sé Máximo se retrasa porque Máximo era el que iba adelante, entonces Juan Cruz sube adelante, pero Juan Cruz no era del círculo íntimo de este chico Tomás, si Luca, si el otro chico Jalil y Máximo, pero él no era muy amigo de Tomás”, agrega.
Martínez analiza que “podemos poner cosas en la mesa como el destino o la hora que te toca, uno no sabe porque en realidad si iba Máximo adelante hoy estaríamos hablando de otra ecuación, casi con el mismo resultado, pero diferente actor, pero bueno las cosas se dieron así, yo hoy no busco venganza, no tengo odio ni rencor, si tengo muchas preguntas. Tengo preguntas para este chico que no se acercó ningún día a hablar conmigo al Hospital y el padre tampoco”.
“Tanto Tomás como Jalil, ellos desde el primer día estaban con el resto de los chicos, este chico Tomas nunca se me acercó, yo entiendo, un chico de 17 años con miedo, como le decimos en la jerga ‘cola de paja’ y lo puedo llegar a entender, es entendible que no se acerque, que tenga miedo o lo que sea. Lo crucé 3 o 4 veces en el Hospital, al padre también lo vi ahí, tampoco nunca se acercó, entró con una placa de la policía creo, despues me entero que es capellán de la Policía”, continúa Martínez.
“Ayer hablaba con una de las mamás de un chico accidentado, a ella le escriben todos los días para ver como está, claro el hijo de ella está vivo, a mí nunca me mandaron un mensaje”, sentencia el padre de Juan Cruz.
El futuro
“Yo soy docente, soy profe de Educación Física, tengo una formación docente, tengo una formación de padre, tengo una hija de 18 años, Juan Cruz 17, vos siempre vas a buscar lo mejor para tus hijos, tratamos de dejar en este mundo personas de bien. Hablé con la gente que estuvo ahí de testigo, con los muchachos que manejaban el camión, que muchas veces quisieron poner en duda sus palabras, como que el camión estaba mal estacionado, hasta donde tengo entendido este señor (el papá de Tomás) es el que primero que llega, llega antes que la policía, antes que la ambulancia, porque Tomás sale caminando del auto, consigue un teléfono y lo llama al padre, él llega y los ve caminando a su hijo y a Jalil, los sube al auto, junta los celulares que están en el piso y se va al Hospital, los muchachos del camión le dicen ‘llamá una ambulancia, llamá a la policía’. Eso tampoco voy a reprochar porque en el momento no sabés que hacer, pero si voy a poner en tela de juicio no llamar a una ambulancia o mínimamente avisar en el grupo de padres que los chicos tuvieron un accidente. Yo estaba en un gimnasio a dos minutos del accidente y me entero dos horas despues, yo sé que mi hijo capaz no se iba a salvar, pero por lo menos tener el tiempo para llamar una ambulancia, que llegue más rápido”, detalla el drama vivido Jorge Martínez.
Además, profundiza en la actitud del Pastor Mieres: “Yo estuve de forma secundaria asistiendo en varios accidentes, sé que no se pude tocar a la víctima, al accidentado, que podés empeorar el cuadro, pero por lo menos llamar una ambulancia, al menos ese minimo acto de humanidad. Después me dicen que no entra legalmente como abandono de persona por el lugar donde pasa porque los chicos podían acceder a ayuda, mentira, no podían acceder, estaban atrapados en el auto, para mi es abandono de persona. En algún momento yo sé que voy a tener que perdonar la actitud de este señor porque no quiero cargar con esta mochila, sí que no voy a entender su forma de accionar y que no se haya acercado jamás a brindar su apoyo. Yo tengo el teléfono explotado de mensajes de gente que no me conoce y este señor no fue capaz de hacer lo mínimo que uno espera, ser un poco más humano”.
“Yo quiero saber que paso, quiero que se sepa si este chico tuvo algún tipo de responsabilidad y negligencia, nosotros vivimos en base a leyes sino nuestra vida sería un caos , sino todos andaríamos robando y matando, si acá hubo negligencia o hubo un mal accionar se tiene que hacer justicia, para eso está la justicia, yo no quiero que hoy el adolescente tenga esto como un mal ejemplo de decir bueno me chupa un huevo voy a la velocidad que quiero en la Costanera total no pasa nada, nadie va a decir nada. Creo que el mensaje de Juan Cruz y Luca es esto no puede volver a pasar, los chicos tienen que ser conscientes que todas las acciones tienen repercusiones, acá tiene que quedar un antecedente, un antes y un después, yo no voy a pedir ningún tipo de condena ni social ni cárcel ni nada, solo que sepa que pasó y si pasó algo que no se debe, que se tengan que hacer las cosas que se tengan que hacer porque estamos malacostumbrados a que las cosas pasen y queden en la nada. Yo sé que esto de acá a seis meses, a un año, ¿la gente se olvida porque la gente se olvida hasta que pase un caso parecido ‘te acordas del caso de juan cruz?’”, explica Martínez y se mete de lleno al análisis de la causa judicial.
“La policía como que tardo un poco para hacer el peritaje, además tuvimos la mala suerte que después llueve y se hace cuando ya había llovido, igualmente cualquiera que vaya a la costanera, las huellas están marcadas todavía, con toda la lluvia que hubo. La panza de la rotonda todavía tiene la marca de la llanta del auto, ese auto entro a gran velocidad a la rotonda, derrapando, comiendo todo lo que es el cordón, que está todo raspado y la huella negra que se ve del lado del conductor esta todo marcado hasta donde termina el auto despues”, especifica.
Luego, Martínez advierte sobre las implicancias que tiene su pedido de justicia de cara al futuro: “La gente que maneja sabe, un camión estacionado, el auto levanta al camión porque el camión estaba estacionado y sube a la vereda que habrá hecho 10 metros y el auto pasa del otro lado, ese auto no venía a 50, 60, 80 km, entonces si necesitamos saber que paso, que quede un antecedente para los chicos que quedan, yo sé que por ahí los chicos que quedaron ahora no se si van a decir algo en contra de tomas porque claro son los que quedaron vivos pero deberían decir no a favor de juan cruz y luca sino a favor de los que quedan vivos, porque si este chico se mandó una macana tendrían que inhabilitarlo para manejar de forma tal que cuando él se vuelva a sentar atrás de un volante tenga la madurez de decir no me puedo mandar otro moco, nuestros hijos tienen que ser conscientes que el auto no es un autito de carrera o rápido y furioso, es un arma. Si ese día había más gente caminando en la costanera hubiera sido una tragedia, un desastre”.
“Si no hubiese estado el camión ahí, el auto hubiese volcado y si eso pasaba hoy el único vivo hubiese sido mi hijo porque era el único que tenía cinturón de seguridad, los otros chicos estaban sin cinturón, ese auto volcando hubiese sido una licuadora, podría haber sido un desastre peor y ayer le decía a la madre con la que hablaba porque me comentaba ‘no se si mi hijo va a decir algo en contra de Tomás’ y le respondí que no es en contra de tomas porque si él no dice lo que paso realmente mañana tomas esta arriba de otro auto y lo está buscando a tu hijo por tu casa de vuelta. Y la tragedia va a volver a pasar”, razona.
Finalmente, en el último tramo de la entrevista, se puede apreciar el dolor de un padre que perdió a su hijo de 17 años.
“Hoy lo que yo estoy viviendo, lo que está viviendo la madre de Juan Cruz lo van a entender solos padres que perdieron un hijo porque esto es todos los días, es bravísimo. No estamos preparados, yo perdí abuelos, perdí amigos, perdí primos, nada se compara a esto”, expresa.
“Ahora nos venimos a enterar que este chico no era ninguna garantía al volante, ya había chocado un par de veces, se ve que al padre le importaba poco porque le seguía dando el auto. Yo recién lo conocí a este chico en el hospital, no sabía quién era, no estaba dentro de los amigos de Juan Cruz, siempre lo llevaba a las juntadas, lo llevaba con sus amigos, lo llevaba a futbol, a este chico nunca lo vi”, comenta Martínez y relata lo sucedido con el teléfono móvil de su hijo: “El teléfono de Juan Cruz lo recupera la tía, pero tiene un bloqueo que no podemos acceder, la gente que ya vio el teléfono dice que lo pueden desbloquear, pero se va a perder toda la información”.
Sobre las cámaras de seguridad Martínez indica que “es una pena lo de las cámaras, teniendo tantas cámaras en Posadas, justo en esa esquina no hay una cámara, las últimas cámaras son las que están enfrente a la policía, a la garita policial, ellos pasan por ahí (casi Roca) y después pasan por El Brete, que ahí la cámara está en la heladería. Ahí los peritos podrían aproximarse a la velocidad a la que iba el vehículo. Por la forma en que se descontroló el auto creo que a más de 100km/h iba. El parante lateral de la puerta donde iba sentado juan cruz y el techo están incrustados en el apoyacabeza de juan cruz, él recibió todo el impacto en la cabeza, mi hijo estaba entero, no tenía un hueso fracturado, no tenía un hematoma, si tenía un hematoma del golpe, no tenía un hueso craneal roto, todo el golpe fue dentro de la cabeza, lo termina matando el golpe en la cabeza, fue una muerte cerebral”.
La gratitud con el personal del Hospital siempre estará presente: “Yo le agradezco a todo el cuerpo médico del Hospital, enfermeras, toda la gente de terapia porque la verdad que tuvieron un trabajo impresionante con nuestros hijos, solo palabras de agradecimiento con ellos, desde emergencias hasta terapia, pero bueno, estas cosas son así”.
“La fiscal sigue recabando testimonios, información, videos, fotos, a mi este fin de semana hubo gente que motu proprio me mandó foto, video, yo pensé que ya estaba preparado para recibirlo y no, termina siendo una piña en el corazón. Pero yo le agradezco a quienes mandan eso porque terminan siendo pruebas, la fiscal sigue recabando todo tipo de información, cambió la caratula de la causa, la causa era solo homicidio culposo y ahora se le agregó el tema de lesiones graves. Yo sé que Tomás tuvo que ir a una audiencia médica con psiquiatras de la justicia y creo que a los otros chicos los llaman a indagatoria a fin de mes. Sé que el Juez Giménez está actuando de buena manera para llevar a cabo este proceso, que en realidad queremos saber que pasó”, precisa sobre el estado de la causa.
Por último, Jorge Martínez concluye el diálogo con unas palabras sobre el Pastor Mieres, padre del joven que manejaba: “ese señor salió a decir al otro día del accidente que su hijo tenía el carnet en regla y que el auto tenía vtv, me pareció algo deplorable porque despues de esa declaración el señor no apareció nunca más, si en su canal de YouTube para dar su sermón. Yo creo en la justicia de la tierra y en la justicia divina también. Yo creo en Dios y creo que de alguna u otra manera va a iluminar el camino para que esto sea un aprendizaje para todos”.