Un año de pandemia es una muestra importante para analizar los efectos económicos del cierre de fronteras para la capital misionera.
La competencia desigual de precios en rubros similares con la vecina ciudad de Encarnación lleva décadas. Largas filas en el puente San Roque González de Santa Cruz para cruzar a Paraguay eran parte del panorama habitual posadeño. Hace un año que eso viró 180 grados, la frontera se cerró y el comercio se intensificó en Posadas.
Lo que se hizo una constante, gracias a la reversión del flujo del dinero, es que la ciudad más grande de Misiones lidere mes a mes el crecimiento comercial a nivel país. De todos modos, esta situación transitoria -en algún momento las fronteras se reabrirán, así como la pandemia finalizará- no se traduce en un escenario ideal. Las aspiraciones son mayores.
“Tenemos la obligación de mirar el vaso medio lleno, en el que destacamos la posición actual del comercio posadeño ya que el cierre de las fronteras nos permitió recuperar la demanda y el potencial comercial que tenemos”, dice Sergio Bresiski, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Posadas (CCIP). Y agrega que “como comunidad comercial contamos con herramientas para ser más competitivos”.
Las herramientas referidas por Bresiski deben ser destinadas a ofrecer ofertas, captar y sostener el consumo. Ejemplo de ellas son fechas clave como Navidad, Reyes, o el Día de la Madre. La reinvención es una opción que tuvieron que utilizar múltiples comerciantes posadeños, dice el presidente de la CCIP, pero también señala que aun quedan actores que no volvieron al ruedo, como los salones de fiesta.
El desafío para Posadas es el porvenir: “El cierre de la frontera nos devolvió un dinamismo, con un efecto cascada que se vio reflejado en muchos de los sectores comerciales de Posadas, y esto nos hace mirar un 2021 con muchas expectativas, más aún si las fronteras siguen cerradas”, asevera el titular de la Cámara de Comercio posadeña. Por lo que considera fundamental dotar al sector de herramientas para competir con mercados como el paraguayo y el brasilero. Una de ellas es la largamente demorada aplicación del artículo 10 de la Ley PyME (descartada momentáneamente el área aduanera especial, luego del veto presidencial). “Esta iniciativa debe aplicarse, porque tenemos capacidad para competir. Asimismo, nos reforzaría y profundizaría el potencial como ciudad que se daría más siempre y cuando tengamos más herramientas para ello”, concluyó Bresiski.
Finalmente, el empresario analizó el inicio de año: “el primer trimestre para el comercio posadeño fue atípico y especial porque seguimos con las fronteras cerradas y el turismo se volvió a dinamizar. En cuanto a la vacunación, se está progresando y la situación de los casos de Covid provoca un comportamiento distinto”.