Por Fiorella del Piano
Este 22 de octubre no solo se comienza a definir quién decidirá los destinos del país los próximos 4 años, sino que también se eligen los representantes de la provincia en el Congreso de la Nación. Es decir, quienes llevarán la voz provincial para reclamar y gestionar obras, fondos y programas para Misiones.
El debate del domingo pasado, que tendrá su culminación esta noche, prácticamente consolidó un balotaje entre Javier Milei y Sergio Massa, y cuyo dato saliente fue la deslucida participación de Patricia Bullrich, quien atribuyó su pálida performance a una “gripe”. La candidata cambiemita se mostró dubitativa, lenta, sin comprender las preguntas y enfocada en su discurso de odio, sin propuestas a favor, con el único recurso de la argumentación “anti”.
Se ha convertido en una expresión de sentido común, avalada por diversos consultores y especialistas, la de que un debate televisivo no puede hacer ganar una elección a nadie, pero si hacer perder votos a algún candidato. Y eso fue lo que pasó con la actuación brindada por Bullrich, más cuando en ese encuentro uno de los bloques temáticos trató sobre economía, principal problemática ciudadana y donde peor desempeño exhibió la candidata de Juntos por el Cambio -de poco y nada sirvió la inclusión de Carlos Melconian a su equipo-.
La visión de Massa
Otro de los aspectos a resaltar del primer debate fue que el único de los cinco candidatos que trató el tema federalismo fue Sergio Massa, dato de importancia para el ciudadano de las provincias, el mal llamado “interior” del país. Además de la autocrítica por lo que el Frente de Todos no pudo cumplir y los reiterados llamados a un gobierno de unidad nacional -al cual hace tiempo había mencionado la posibilidad de incorporar misioneros-, el tema federalismo es central en la plataforma y la visión política del candidato de Unión por la Patria.
En su plataforma se puede leer la necesidad de una nueva Ley de Coparticipación Federal de Ingresos, que sea una “herramienta que promueva la redistribución de la riqueza que genera Argentina como nación”. Dado que “solo a través de un desarrollo federal, apoyando a las economías regionales, podremos concebir a una Argentina unificada”. La promoción de las economías provinciales es otro caballito de batalla, cuyas retenciones las eliminó en su gestión como ministro de Economía.
El desarrollo del Norte Grande y la generación de energías es otro de los puntos a destacar del programa de Massa, que también ha elogiado lo referente al tratamiento de la biomasa en nuestra provincia, por ejemplo.
El contraste es muy fuerte con lo realizado por el gobierno de Macri al dejar las cuentas deficitarias de buena parte de las provincias argentinas, incentivando el endeudamiento en dólares para pagar gastos corrientes -deuda que aun se sigue pagando- o lo que propone el candidato libertario al fogonear una corrida cambiaria para su inviable plan de dolarización -los movimientos de esta semana dan cuenta de eso, puesto que su propuesta es llevar el valor del peso a 0, al eliminarlo- así como la derogación de la coparticipación. Un Programa de Gobierno para 40 manzanas del AMBA.
Bullrich de salida
Los titubeos de la ex ministra de Trabajo de De la Rúa en el debate realizado en Santiago del Estero continuaron esta semana con el ninguneo de su rival en la interna Horacio Rodríguez Larreta, los coqueteos de Macri con Milei y la posterior respuesta de la presidenta del PRO en uso de licencia.
Más allá de las internas y disputas personales, lo que ocupa la centralidad del escenario es para donde pueden migrar los votos tanto de Rodríguez Larreta como del radicalismo, sector subestimado desde la formación de la alianza cambiemos y fustigado recurrentemente por Milei.
Las propuestas económicas de Bullrich, cuya explicación se le hizo difícil de transmitir a la ciudadanía, agregaron más incertidumbre a sectores como el del comercio en Misiones, habitualmente proclive a votar a Juntos. Fundamentalmente, la idea de legalizar una economía bimonetaria en donde se pueda elegir libremente que divisa utilizar -que tuvo como réplica del candidato oficialista el ejemplo de Cuba y Venezuela como únicas naciones que utilizan dicho sistema- no tuvo repercusiones positivas.
La encrucijada de Bullrich, aislada por propios y extraños, hace prever que el sector más afín a Macri iría con la motosierra de La Libertad Avanza, mientras que Larreta y los radicales se inclinarían por un gobierno de Massa, con quien ya empezaron a tender puentes.
La situación es similar en Misiones, donde Goerling -candidato a Senador por JxC- trabaja solo en su campaña, mientras que la UCR, sin candidato propio por primera vez en mucho tiempo, se encuentra totalmente distanciada y fuera de la campaña. Ya lo había anticipado quien fuera uno de los hacedores del triunfo de Macri en 2015, el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, Juntos por el Cambio va rumbo a su disolución en los próximos meses.
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En el Frente Renovador sucede lo opuesto: el esquema con el que ganó holgadamente las elecciones provinciales de mayo y las PASO de agosto en las categorías Senadores y Diputados nacionales se mantiene vigente. En aquel entonces, y también en las proyecciones para dentro de dos semanas, la Renovación recibió votos de las vertientes Massa y Milei; con el dato sobresaliente de que el 70% de los votantes del libertario en la provincia votaron al FR en mayo.
El gobierno provincial y sus legisladores se han convertido en una fuente de gobernabilidad, cualquiera sea el próximo presidente, al igual que en acérrimos defensores del misionerismo, con el reclamo constante y la gestión por obras, fondos y programas.